- Año tras años nos bombardean con cientos de opciones en cuanto a teléfonos móviles de toda clase.
- La mayoría decide adquirir un nuevo teléfono económico cada uno o dos años, esto es un gasto significativo que se puede evitar.
- En muchas ocasiones, un buque insignia con varios años a sus espaldas, termina siendo muy superior al modelo más nuevo de un teléfono económico, con un costo similar.
Estamos convencidos de que los teléfonos económicos o baratos no tendrían que existir. Los motivos de esto son realmente simples: estos dispositivos ejercen una presión ridícula sobre nuestra economía. Los fabricantes de dispositivos de teléfonos inteligentes deben enfocarse en la alta calidad, con dispositivos que sean capaces de durar una década, acompañado de un buen mercado de repuestos sólidos y amigable para el consumidor.
Pero seamos muy claros en esto, no tiene nada de malo adquirir un teléfono móvil barato. El problema sucede con el hecho de que esta clase de teléfonos fomentan el despilfarro en el mercado de los teléfonos inteligentes; tendríamos que reutilizar los buenos teléfonos, no reemplazar los malos.
¿Cuál es la diferencia entre un teléfono económico y caro?
Si bien, todos tienen sus costumbres cuando se trata de comprar cosas, también estamos de acuerdo en que la mayoría piensa de una manera: lo nuevo es mejor que lo antiguo. Sin embargo, si tomamos un iPhone de hace dos años y lo comparamos con el último modelo, vamos a darnos cuenta de que en realidad no son tan diferentes como deberían serlo, especialmente teniendo en cuenta su precio. Esto también ocurre con los teléfonos Android.
Pero ¿Y si comparamos un teléfono antiguo “caro” con un nuevo teléfono económico? Nos daremos cuenta rápidamente que el antiguo teléfono insignia es mucho mejor que el nuevo dispositivo económico. Posiblemente, cuente con un mejor procesador y una calidad superior en cuanto a su cámara, entre otras cosas.
Podemos ver un ejemplo sencillo en el Samsung Galaxy S20 Ultra. Este tiene un costo de $ 300 aproximadamente. Hace uso de un conjunto de chips Snapdragon 865 5G y cuenta con unas cámaras que son una verdadera locura. Pero lo curioso viene ahora, los teléfonos nuevos de un precio parecido como Moto Edge, no alcanzan al Galaxy S20 Ultra y las pruebas lo demuestran.
A esto tenemos que sumar el hecho de que los teléfonos baratos no tienen ciertas características que se vuelven muy importantes al día de hoy, como la carga inalámbrica. Ni hablar de problemas bastante extraños que el fabricante no se preocupa en solucionar. Como el iPhone SE, que su servicio celular es muy poco confiable.
También debemos sumar el hecho de que los teléfonos insignia tienen una calidad en cuanto a sus materiales de fabricación considerablemente superior que las opciones económicas. Y no se trata de un tema de diseño, los teléfonos insignia cuentan con Gorilla Glass más duradero y se encuentran certificados para resistir el polvo y el agua.
Por otro lado, los dispositivos económicos usan vidrio barato y muy rara vez tienen certificaciones de resistencia al agua o polvo. Así que se encuentran más expuestos a dañarse rápidamente por cualquier descuido que tengamos.
Los teléfonos insignia deberían tener un soporte de hasta 10 años
En cuanto a potencia de hardware y calidad de materiales, es evidente que un teléfono insignia de hace años superará a cualquier dispositivo económico nuevo. Sin embargo, el mayor problema es la falta de actualizaciones. Los teléfonos Android reciben actualizaciones por algunos años y esto es fundamental por motivos de seguridad, entre otras cosas. Por ejemplo, el Galaxy S20 Ultra que mencionamos anteriormente, va a tener su última actualización de seguridad en 2024. Luego de eso se volverá poco a poco más vulnerable a malware, virus, etc.
En el caso de los teléfonos económicos con Android, en raras ocasiones reciben actualizaciones por más de un año, incluso algunos ni siquiera se actualizan una vez. Entonces, cuando nos quitemos los dispositivos baratos de encima, vamos a necesitar que los fabricantes sean capaces de ofrecer hasta una década de soporte de software para sus teléfonos. Esa sería la única manera de desarrollar un mercado de repuestos sólido en donde los teléfonos de alta calidad terminarían siendo muy duraderos y a mediano/largo plazo, más económicos.
Por suerte, el panorama está cambiando en este sentido. Samsung y Google se comprometen en ofrecer cinco años de actualizaciones de seguridad para sus dispositivos insignia. Pero el que no podemos negar que lo hace muy bien es Apple ¿El motivo? Incluso el iPhone 8 que se lanzó en 2017 todavía sigue recibiendo actualizaciones.
Siguiendo este punto, Apple es el mejor ejemplo de por qué tendríamos que deshacernos de los teléfonos móviles económicos. El lugar de tirarnos por la cara con muchos dispositivos económicos, Apple se enfoca en sus iPhone premium. Incluso, no es para nada raro que alguien adquiera un iPhone que tiene hasta cuatro años de antigüedad. Algo que no se puede decir en el caso de Android.
La única mancha que se encuentra en Apple es el infame iPhone SE. Se trata de un teléfono económico y no supera a los iPhone antiguos que se venden por el mismo precio.
Los repuestos son algo fundamental
Hagamos de cuenta que contamos con un soporte ampliado de varios años para nuestros teléfonos. Nos encontramos con otros problemas: golpes, caídas, derrames y otros accidentes que suelen suceder en la vida cotidiana. A esto debemos sumarle el hecho de que incluso si no rompiéramos nuestro dispositivo de ninguna forma, en algún momento la batería se degradaría y no podríamos utilizarlo.
Estos problemas tienen solución en la mayoría de ocasiones. Existen muchas empresas dedicadas a la reparación de estos dispositivos y el mercado de repuestos para varios teléfonos premium es sólido. El problema es que en muchas ocasiones arreglar un teléfono termina siendo más caro o complicado que comprar uno nuevo.
Entonces, si los fabricantes quitan de la ecuación, los teléfonos económicos y son capaces de brindar un soporte extendido. Nos queda el hecho de que estos dispositivos tendrían que fabricarse para que repararlos sea mucho más sencillo. Los reemplazos de pantalla tendrían que ser económicos y tendría que tomar apenas unos pocos minutos.
El tema de la «reparabilidad» se convierte poco a poco en un tema que gana cada vez más importancia, y la legislación sobre el derecho a la reparación se vuelve muy popular.
El inconveniente es que la mayoría de las personas todavía no son capaces de reparar sus propios teléfonos y en muchas ocasiones no tienen intenciones de aprender, quizás ni siquiera tienen tiempo. Entonces, deshacerse de los teléfonos desechables y baratos, no sucederá hasta que la reparación sea una prioridad.
Posiblemente, nunca se haga realidad
Quitar los teléfonos móviles económicos sería una excelente solución para ahorrar dinero. Sin embargo, estos dispositivos no desaparecerán en un corto periodo de tiempo. Los compradores se encuentran muy acostumbrados a sus hábitos y los fabricantes no van a ofrecer una década de soporte en cuanto a actualizaciones. A esto le sumamos que muchas personas no tienen ni el más mínimo interés de aprender a reparar sus dispositivos.
Adicionalmente, muchas empresas colapsarían y desaparecerían si todos pudieran mantener un teléfono móvil durante más de dos o tres años. Ninguna compañía, inversionista o economista estaría de acuerdo con lo que estamos planteando en este momento.
En la actualidad, Motorola se ha convertido en la tercera merca de teléfonos inteligentes más grandes de EE. UU. Y debemos tener en cuenta que la mayoría de dispositivos que vende son económicos. Samsung ocupa el segundo lugar y una parte considerable de sus ingresos vienen de dispositivos económicos.
El que ocupa el primer lugar es un caso atípico. Apple cuenta con una enorme participación en el mercado debido a que tiene clientes considerablemente leales y es capaz de ofrecer una gran cantidad de años en cuanto a actualizaciones de software.
Si Apple decidiera adoptar la mentalidad de que los dispositivos móviles económicos no deberían existir y tuviera éxito. Sin dudas muchas empresas intentarían tomar este camino. Sin embargo, si tenemos en cuenta el historial que tiene Apple con su capacidad de reparación, terminamos en el mismo lugar.