Desde que los teléfonos que usamos a diario son «inteligentes», muchas de sus funciones dependen directamente de que esté activo el GPS interno que indica nuestra ubicación. Hoy en día, es difícil que una aplicación que acabamos de descargar no nos pida permiso para saber dónde nos encontramos. Sin embargo, mantener la ubicación activa en el móvil tiene tantos beneficios como perjuicios. Si hilamos un poco más fino, de hecho, nos vamos a encontrar con que son más los riesgos que las ventajas concretas.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que, cuando los datos se filtran, buena parte de nuestra información personal se filtra con ellos. Básicamente, alguien que accede a nuestra ubicación, sabe dónde hemos estado, en qué momento, por cuánto tiempo, etc. Por eso, creemos que es importante repasar un poco mejor cómo funciona este sistema. Luego quedará en ti la decisión de mantener la ubicación activa en el móvil o no pero, al menos, sabrás cuáles son los peligros a los que te expones.
Ubicación activa en el móvil: lo básico
Antes que nada, debemos conocer cuáles son los principales métodos que utiliza un smartphone para saber dónde nos encontramos. El más sencillo y más preciso es el GPS, todo un clásico en diferentes industrias. Éste es capaz de comunicarse con los satélites que orbitan alrededor de la Tierra. Combinando la información de varios de ellos, puede determinar el punto exacto en el que nos hallamos.
Una segunda alternativa se relaciona directamente con las torres de transmisión. Como el teléfono depende de éstas para tener señal, y se conecta a una u otra, en segundos es posible señalar un área aproximada de movimiento. Eso sí, los datos no son tan fidedignos como los del GPS.
El último mecanismo es el de la conexión WiFi. Suele usarse para contrastar los detalles obtenidos de los dos anteriores. Cuando nos conectamos a una red, sobre todo una pública, denunciamos nuestra ubicación.
Ventajas de la ubicación activa
Los beneficios de tener la ubicación del teléfono activada son más bien pocos. Mayormente están relacionados con una mejor experiencia de uso y sensaciones con distintas apps. Por ejemplo, con las del tráfico, las que analizan nuestras rutinas de entrenamiento, o las que nos recomiendan tiendas cerca.
Si sufres un accidente, la ubicación activa puede ayudar a que tu familia te encuentre sin demoras.
Riesgos de la ubicación activa
Cuando accedes a los permisos que te piden apps como Google Maps, éstas automáticamente se enteran dónde estás, por cuánto tiempo, etc. Eso les permite generar flujos de movimiento de los usuarios. Incluso, es probable que alguna vez hayas usado este servicio para saber si tu restaurante preferido está lleno.
El problema es que, realmente, nosotros podemos aprovechar esas ventajas apenas un par de veces al día. A cambio de eso, dejamos que las aplicaciones vigilen todo lo que hacemos durante el día a día. Y eso supone un peligro fenomenal. Sobre todo, porque muchas veces sucede sin que estemos al tanto de nada. Más tarde, estas apps van a vender nuestros datos a alguien que haga mucho dinero con ellos.
En efecto, una vez que los datos de ubicación salieron de nuestro terminal, ya no somos dueños de ellos. Perdemos consciencia acerca de la utilización que se les dará de allí en adelante. Además, cuantas más empresas tengan acceso a tal información, mayores serán las probabilidades de filtraciones de datos. Sobran casos y ejemplos de ciberdelincuentes que han amenazado a usuarios con este pretexto.
¿Y qué se puede hacer entonces?
En principio, seguir estas recomendaciones de los expertos:
- Nunca entregues tu móvil a alguien sin supervisar qué hace con él
- Apaga el posicionamiento cuando no sea necesario
- Apaga la conexión de red WiFi cuando no sea necesario
- Elimina las aplicaciones que no uses y tomen tu información de ubicación en segundo plano
- No instales aplicaciones en las que no confías