Cuando este sistema hoy indispensable que es Internet dio sus primeros pasos, nadie podía prever que se transformaría en una red tan extensa como la actual. En aquellos días, se habían reservado 32 bits para las direcciones de las páginas web disponibles para los usuarios. Esto representaban unas 4.294.967.296 combinaciones direcciones para los sitios. El problema es que, con la popularidad de Internet, pronto ese margen se estaba acabando. Y fue allí cuando surgió la NAT o Network Address Translation.
Esta idea, conocida en español como «Traducción de Direcciones de Red», permite que las redes dedicadas a los ordenadores aprovechen un rango de IPs privadas especiales. Aunque luego se conectan a la web mediante una dirección IP sin igual, su existencia sólo es posible gracias a una serie de parches que no vemos. Esto genera, por ejemplo, que en una gran empresa cada máquina utilice la misma IP, y no una IP por máquina. Lo mismo ocurre con las redes domésticas de Internet que usamos en casa.
¿Cómo funciona este sistema?
Si hablamos de la Network Address Translation, tenemos que comprender antes que nada que existen distintos mecanismos o modos asociaciones a este sistema, los que vamos a repasar a continuación:
NAT estática
En este caso, una dirección IP privada mantiene su mismo referencia cuando se hace público. Cuando se produce este fenómeno, un host dentro de la red puede, por algún motivo volverse visible desde Internet.
NAT dinámica
En estos casos, el router en cuestión posee varias IP públicas que le han sido asignadas, de manera que cada una de las dirección IP privadas se conduce a través de alguna de las públicas. Por lo tanto, a cada dirección IP privada le corresponde, por así decirlo, al menos una de las públicas.
Cuando el host necesite de conexión a Internet, el router va a encargarse de asignarle una dirección IP pública que, en ese momento, no esté siendo usada. Claro que eso genera, al mismo tiempo, que aumente la seguridad para evitar que algún host externo pueda llegar a entrometerse.
NAT con sobrecarga
La NAT con sobrecarga también es conocida como PAT -Port Address Translation-. Curiosamente, es la más habitual entre las que hemos mencionado, sobre todo porque es la que se encuentra presente en los hogares. Con ella se pueden mapear una enorme dirección de redes IP privadas a través de una pública. Esto ayuda a que no hagan falta tantas direcciones IP públicas, dada su finitud.
Para lograr este cometido, el router se sirve de los distintos puertos del ordenador. Gracias a los protocolos de conexión TCP y UDC, poseen miles de puertos para completar conexiones. El puerto se encarga de asociar alguna IP privada con una pública, y luego de asignarle un puerto cuando éste se encuentre libre. Asimismo, este sistema se encarga de evitar conflictos de direcciones, cuando hay coincidencia entre ellas.
Ventajas y desventajas de la Network Address Translation
Ahora bien, ¿qué es lo mejor y lo peor de la NAT?
Ventajas de la NAT
Si hablamos de los puntos fuertes de la Network Address Translation, el principal es que se ahorra una enrome cantidad de direcciones IP. Al conectar varias máquinas a la misma red, esto es de gran utilidad. Luego de ello, tampoco podemos perder de vista que las máquinas conectadas mediante esta plataforma están lejos de la vista de personas ajenas al sistema. Un ciberdelincuente no puede saber si estás conectado. Por último, el mantenimiento de red se hace mucho más sencillo mediante el desvío de IPs.
Desventajas de la NAT
Ahora, por el lado más negativo, tenemos que la Network Address Translation es apenas un parte de un problema más grande. Por lo tanto, los routers necesitan de una mayor capacidad de la que haría falta en otro contexto. Al mismo tiempo, hay aplicaciones o protocolos que quedan fuera porque no son compatibles con NAT. En esos casos, casi indefectiblemente, vamos a experimentar problemas de funcionamiento.