La adicción a la tecnología, también conocida como tecnofilia, es un fenómeno cada vez más habitual en estos días. Básicamente, todo el tiempo estamos tomando decisiones acerca de cómo queremos que la tecnología digital influya en nuestras vidas. Claro, esto depende también de cuestiones que nos exceden, como el estudio, el trabajo o la distancia con nuestros seres queridos. Ahora bien, ¿cuándo es momento de desconectar nuestro cerebro?
En efecto, miles de personas se hacen, todos los días, las mismas preguntas. Preguntas relacionadas con la forma en la que manejan sus relaciones y comunicaciones. También acerca de cómo la tecnología les afecta. Les ayuda realmente a estar más cerca de los demás y ser más productivos o, en cambio, les vuelve más ajenos e insensibles.
A final de cuentas, una enorme cantidad de usuarios admiten que no pueden controlar el impulso de tomar su smartphone u otros dispositivos tecnológicos y utilizarlos a diario. Al mismo tiempo, debes considerar que algunos momentos valiosos se nos pueden ir mientras estamos pensando en ese mensaje laboral que no hemos respondido.
Las nuevas tecnologías, ¿respuesta para todo?
En cualquier caso, poco a poco estamos empezando a darnos cuenta cada vez más del impacto negativo que estas tecnologías tienen en ciertas esferas de nuestras vidas. Hablamos de aspectos como nuestra tranquilidad, la capacidad de concentrarnos, nuestra productividad, las relaciones personales, el bienestar psicológico.
Y mientras intentamos dilucidar cuál es el impacto en otras áreas mucho más específicas, como la escritura académica, notamos que los síntomas de agotamiento se vuelven cada vez más repetidos.
Dedicarnos únicamente, como especie, a implementar lo más nuevo de la tecnología una y otra vez, no nos está dando tantos resultados como esperaríamos. Por el contrario, el tiempo de pantalla es mayor con el tiempo.
Además, el marketing digital y la tecnología de los medios nos han hecho posible difundir mentiras y otros mensajes poco éticos y persuasivos a una audiencia definida y dirigida con mayor precisión. Eso ha llevado al consumismo, en el mejor de los casos, y a la depresión y la soledad en otros más graves. Y el futuro no parece más optimista.
Pero, por otro lado, las nueva tecnologías en sí mismas son tan neutrales como lo fueron los libros impresos en su momento. Por tanto, no se trata de comenzar una guerra contra la tecnología digital, sino de hacer un llamado a conseguir un uso más consciente de estas herramientas, que no afecte nuestra calidad de vida.
¿Cuándo descansar de la adicción a la tecnología?
La respuesta a la anterior pregunta es bastante sencilla. El momento para descansar de nuestra adicción a la tecnología es ¡YA!. A final de cuentas, la vida nos propone toda clase de opciones para abandonar por un instante las pantallas. Todo lo que tenemos que hacer es pensar en alguna de esas actividades que no requieren de móviles, tablets, ordenadores ni televisores. Y darnos un tiempo al día para encargarnos de ellas.
Como puedes ver, todo se trata de una decisión. La decisión de que la vida ya no pase enteramente por estos dispositivos tecnológicos está en nuestras manos. Sólo debes comenzar el día de hoy.