El caso es que Europa viene invirtiendo, desde hace años, en distintos proyectos de tecnología cuántica alrededor del planeta. Es un movimiento comprensible, teniendo en cuenta que la idea de combinar la matemática, la lógica y la física para abrir nuevas puertas al conocimiento y al tratamiento de datos, viene desde hace tiempo.
Pero de cara a estos nuevos límites del conocimiento, cabe preguntarnos qué ocurrirá tanto con las monedas tradicionales, como con las criptomonedas. Si estas últimas se manejan esencialmente a través de ordenadores, ¿qué sucederá cuando esos ordenadores sean mucho más potentes y eficientes, encarnando mayores oportunidades?
Internet como una prolongación de la realidad
El caso es que, en los años recientes, hemos asistido a como casi cualquier cosa que podemos hacer en espacios físicos, también podemos llevarla adelante en entornos virtuales. Y es que no sólo los modos de realizar nuestro trabajo se han digitalizado.
Basta echar un vistazo a lo que ocurre con los casinos online. También, la relajación y diversión han arribado a estos ámbitos digitales. Si bien los casinos en línea existen desde hace bastante, ha quedado claro que las mejoras en su funcionamiento, el añadido constante de nuevas propuestas de diversión como tragaperras de temática populares como es el caso de Book of Ra, y la seguridad de los medios de pago, les ha permitido consagrarse en dispositivos como smartphones, tablets u ordenadores.
Criptografía en la era cuántica
Por otro lado, ya habiendo aceptado estas actividades a través de Internet, llega el momento de preguntarse cuáles serían los límites de la tecnología cuántica respecto de las criptomonedas. En principio, podemos decir que la tecnología cuántica habilita la posibilidad de nuevos algoritmos de criptografía.
Como consecuencia de ello, podrían generarse cerrojos virtuales prácticamente invulnerables. Sistemas mucho más confiables que los que conocemos en la actualidad. Por supuesto, esto siempre se refiere a la búsqueda de la excelencia. Todos sabemos que ningún mecanismo informático es 100% seguro. Ni siquiera los cuánticos.
El caso de Bitcoin
Todos los proyectos de criptomonedas a nivel internacional son perfectamente conscientes de esta situación. Mayormente, incluso, ya han tomado medidas tendientes a reducir el impacto de las tecnologías cuánticas y su alcance. Sin ir más lejos, tenemos el ejemplo del Bitcoin. La que tal vez sea la criptomoneda más popular, llegará a su fin cuando la capacidad de crear computadoras cuánticas sea masiva.
Sucede que, según los profesionales, ECDSA y SHA-256 podrían quebrarse a partir de ordenadores mucho más poderosos. No obstante, estamos hablando de equipos con capacidades en torno a los 1500 qubits. Todavía falta mucho para que eso sea la normalidad. Incluso, el proyecto más ambicioso al respecto actualmente corre por cuenta de Google. Y se trata de un ordenador de 54 qubits. Es decir, hay peligro, pero no es inmediato.
Asimismo, tenemos que tener en cuenta que Bitcoin combina claves públicas con otras privadas, lo que puede dificultar las tareas de los ordenadores cuánticos de menor potencia. Eso impediría, al menos en una primera instancia, que los piratas informáticos pudieran acceder a las claves privadas de los usuarios.
Conclusiones
Mientras la tecnología cuántica sigue adelante a paseo lento pero firme, otras soluciones de seguridad buscan proteger a las criptomonedas de los peligros de estos avances, como las Pruebas de Conocimiento Cero o ZKP. Algunos de ellos ya han dejado ver un enorme potencial de cara a minimizar los efectos de la nueva informática.
En cualquier caso, podríamos decir que el peligro existe, pero de ninguna forma es inminente. Para cuando la tecnología cuántica más desarrollada esté aquí, habrá seguridad suficiente para hacerle frente. Por lo tanto, seguir invirtiendo en las criptomonedas no supone ningún riesgo a corto plazo. Y aunque debemos estar atentos a lo que vaya sucediendo con ella, la computación cuántica se encargará de brindarnos las respuestas a sus preguntas.