Son muchas las personas que, desde la aparición de esta clase de dispositivos, han incorporado los relojes inteligentes a su vida. A final de cuentas, se postulaban como una solución ideal para quienes no querían perderse notificaciones de nada. Sin embargo, con el paso del tiempo, eso ha llevado a generar una especie de dependencia con la que deberíamos ser cuidadosos. Muchas veces, no basta con desactivar las notificaciones sino que, además, debemos prestar atención a la forma en la que lo hacemos. De lo contrario, el estrés podría permanecer allí.
Lo que ocurre es que la llegada constante de notificaciones es una de las causas de estrés más frecuentes a día de hoy. Millones de personas en todo el mundo sostienen que se sienten invadidos por ellas, y que su actividad laboral nunca finaliza como consecuencia de su existencia. De hecho, estamos hablando de dispositivos que están hechos para llevarlos encima todo el día. En el mejor de los casos, nos los sacamos para dormir, entrenar o ducharnos.
Como una solución perfecta para quienes sufren de FoMO, miedo a perderse algo o fear of missing out en inglés, los relojes inteligentes representan la seguridad de que siempre vamos a estar al tanto de todo lo que ocurra. Justamente, la premisa sería algo así como que me mantiene constantemente conectado con las cosas que me importan. Pero también significa estar pendientes de cosas que no nos importan, al menos en ese momento.
FoMo, un mal que gana terreno
Y si bien podemos desactivar las notificaciones de Outlook, Gmail, WhatsApp y muchas de las apps que tenemos en nuestro smartphone y se replican en el smartwatch, casi nadie lo hace. Lo que sucede a continuación es que, por ejemplo en un chat con amigos, nos llegan miles de mensajes, tanto al teléfono como a la muñeca. Si estamos intentando estudiar o trabajar al mismo tiempo, eso puede transformarse en un infierno que nos haga perder el día.
Una enorme cantidad de personas que llevan un reloj inteligente consigo, seguramente ni siquiera se tomen un rato el fin de semana para quitarse ese aparato y recordar cómo era la vida sin él. Si es tu caso, te recomendamos que lo intentes. Pero… ¿qué pasa con aquellas personas que lo utilizan para un seguimiento completo de su estado físico?
También hay muchos, y no podemos obviarlo, que resumen en su smartwatch toda la información relacionada con las calorías que queman al día. Si además de trabajar sueles entrenar, querrás que ese esfuerzo se vea recompensado. O, lo que es igual, que aparezca en la interfaz de tu reloj inteligente, ¿no?
Incuso, muchos relojes inteligentes no sólo contemplan la información acerca de las calorías que hemos quemado. Sino que, en simultáneo, muestran la composición de los alimentos que ingerimos, nuestra composición corporal, etc. Esa necesidad de ser «recompensados» ante cada buena acción también genera dependencia para con el reloj.
Desactivar las notificaciones, un mal también en móviles
Pero, como puedes haber comprobado en primera persona, a veces es necesario desactivar las notificaciones también en móviles. Estas situaciones que describimos puede vivirlas, después de todo, cualquier persona. No sólo quienes lleven un reloj inteligente en su muñeca. Nos resulta casi imposible dejar una notificación sin abrir o leer.
De nuevo, nuestra sugerencia al respecto es que te encargues de apagar esas notificaciones al menos una vez al día. Por varios minutos. Si puedes, por un par de horas en horarios en los que no suelen necesitarte. Para comenzar, puedes hacerlo sólo los domingos, o sábados y domingos. Poco a poco generarás la conducta inversa a la que has desarrollado hasta ahora. Podrás comenzar a sentirte libre sin ir con el teléfono a todas partes. No es algo menor.
Algunos trucos que suelen dar buenos resultados son el de poner el teléfono en el Modo No molestar cuando estamos entrenando o si tomamos una pequeña siesta. Lo mismo si debemos quitarnos de encima algún trabajo específico que nos lleve entre unos minutos y una o dos horas. Ponte objetivos. Hasta no entregar esa obligación, no hay tiempo para el móvil. Mucho menos para las redes sociales. Las notificaciones seguirán allí más tarde.
Y tú, ¿ya has desactivado las notificaciones un rato hoy?