La pandemia por coronavirus ha cambiado un buen número de nuestros hábitos, desde los más simples hasta los que requieren de mucho pensarlos. Si hemos pedido más delivery y nos hemos aficionado más que nunca a las series y películas, también es cierto que algunas personas han apostado por la terapia online.
Están aquellos que ya venían llevando a cabo sesiones con el terapeuta. Y también los que decidieron darle una oportunidad al análisis a partir del encierro y de todos estos cambios que aún no sabemos cómo nos afectan. Cualquiera sea el caso, lo cierto es que la terapia en línea se ha transformado en una actividad cada vez más requerida y, por si estás pensando en sumarte a esta moda, queremos enseñarte las ventajas con las que cuenta.
Porque, a diferencia de lo que podríamos pensar, la terapia en Internet tiene puntos a favor que en contra. Basta con que no seamos cerrados de mente y estemos dispuestos a darle una oportunidad, para comprobar cuáles son sus ventajas. Estamos seguros de que, al menos un par de ellas, tendrán que ver directamente con tu situación.
Principales ventajas de la terapia online
Anonimato e intimidad
La primera ventaja de los terapeutas en línea es que nos permiten conservar tanto el anonimato como la intimidad. Incluso, podríamos decir que algunos pacientes se han lanzado a pedir ayuda, sólo porque están seguros de que no pasarán por el estigma social con el que, aún algunos, siguen relacionando a esta clase de tratamientos.
Como las sesiones se llevan adelante desde el hogar, evitando que tengamos que salir de casa, se mantiene esa privacidad respecto de nuestra persona que es fundamental para quienes están pasando un mal momento.
En la práctica, la preservación de la intimidad da pie a que el paciente se sienta más cómodo, se comunique más sinceramente y logre esa apertura que es fundamental para el trabajo del profesional.
Comodidad y versatilidad
Si no son pocos los que creen que llevar la oficina a casa es una muy buena idea, otros tantos valoran la comodidad de poder tratar con el terapeuta desde el sillón de su sala. No se trata de un tema menor. Hasta antes de la pandemia, tal vez hacia falta desplazarse varios kilómetros sin transporte propio para llegar al consultorio.
Por suerte esos días han terminado, y no hace falta salir de casa para poder exponer nuestros inconvenientes.
Como consecuencia de ello, también se ha multiplicado el acceso que tienen los terapistas, alcanzando a aquellos individuos que, por dificultades propias de la distancia, veían imposible confiar en sus conocimientos.
En el mismo sentido, se ha allanado mucho el camino para el seguimiento del paciente. Aunque éste viaje por trabajo o por las distintas circunstancias que alteran nuestra vida, y en ocasiones nos excedente, no perderá su terapeuta.
Ahorro de dinero y dolores de cabeza
La terapia online suele ser más económica que la terapia convencional o presencial. Esto no quiere decir que el servicio sea peor o de menos resultados. Para nada. Lo que ocurre es que, al intervenir lo digital, no hace falta alquilar un sitio con todas las comodidades, pagarle el salario a una secretaria, ni nada por el estilo. A partir de ello, con el recorte en gastos que se logra, los terapeutas por Zoom u otra app de videollamadas pueden cobrarte menos.
Por otro lado, tener que estar haciendo malabares con los niños para poder despejarte e ir un rato a terapia tampoco es una buena idea. A final de cuentas, terminas con más estrés del que se supone, y todo el dinero que inviertes en un profesional lo echas a la basura por lo mal que la pasas en cada cita.
Otras formas de comunicarse
La propia angustia que sienten las personas que recurren a un terapeuta online puede impedirles contar cuáles son sus pesares en voz alta. Pero este tipo de acercamientos permite habilitar otras vías de comunicación, como por ejemplo el correo electrónico o los chats. Si no puedes decirlo, tal vez puedas escribirlo.
Conclusiones
En síntesis, podríamos decir que la terapia online tiene muchos de los beneficios de la terapia de toda la vida, a los que suma luego una serie de ventajas que, en los tiempos que corren, son de vital importancia.