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Startups: la importancia de saber qué hacer

Aunque a veces resulte duro admitirlo, una de las razones subyacentes, debajo de todas aquellas que resultan obvias, por las cuales fracasan los emprendimientos es que no tenemos en claro cuál es el rumbo que seguimos. Mayormente, nadie querrá aceptar que ha comenzado con su empresa antes de saber a ciencia cierta cuáles son sus objetivo a corto, medio y largo plazo. Y eso explica por qué muchas buenas ideas acaban fracasando definitivamente. Por eso mismo, en este artículo vamos a hablar sobre startups, y la importancia de saber qué hacer.

En efecto, lo primero que tienes que tener en cuenta, antes de poner en marcha tu propia compañía, o si lo estás haciendo en estos momentos, es que tendrás que tomar decisiones. Cientos de ellas cada día. Y si desde el principio no tienes demasiado en claro qué vas a responder frente a las dificultades más típicas que suelen presentarse, o respondes una vez hacia cada lado, entonces es más que probable que termines abandonando tus sueños.

¿Y a qué se debe esto? Más que nada a que, a lo largo de nuestras vidas y a buena parte de la historia como especie, siempre hemos recibido indicaciones acerca de qué es lo que debíamos hacer. Con nuestros padres, en la escuela, a la hora de los estudios superiores o en el trabajo. Casi siempre estamos obedeciendo órdenes de alguien. No sólo eso, es habitual además que seamos castigados si no cumplimos con las indicaciones dadas.

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En la startup, es fundamental saber qué hacer

De este modo, a medida en que nos transformamos en expertos en hacer, nos volvemos seres absolutamente dependientes en cuanto a qué hacer. Allí está una de las principales fallas que tienen quienes se lanzan hacia una startup y no saben realmente qué hacer. Podemos tener en cuenta la Peter Thiel en Zero to One. Allí relata cómo formó parte de una descarnada competencia desde su infancia por transformarse en un exitoso abogado y ser reclutado por el bufete más prestigioso. Y cómo, tan pronto llegó a esa cima, decidió abandonarlo rápidamente.

Esto se debe, como él mismo cuenta, a que jamás se preguntó qué debía hacer. Se mantuvo enfocado en hacer lo que se suponía que debía hacer. Y aunque suene increíble, eso puede ajustarse a tus proyectos.

Por eso mismo, cuando te obligas a iniciar una startup con un modelo de negocio completamente nuevo, tienes que averiguar qué es lo que vas a hacer. Hay que saber la respuesta a las principales preguntas. ¿Con qué segmento de clientes es mejor empezar? ¿Qué canal es mejor para acercarse a esas personas? ¿Qué asociaciones necesitaré para llevar este producto al mercado? Y no sólo eso, sino también saber qué hacer si esas condiciones cambian.

Incluso, llevemos la situación al extremo: si hay una explicación acerca de por qué las startups fracasan tan recurrentemente, podríamos encontrarla en la siguiente premisa: produjeron un producto que nadie necesitaba. Curiosamente, eso suele ocurrir porque nadie se preguntó a tiempo si estaba haciendo algo que fuera demandado. Basta mirar hacia la iniciativa, ser sinceros, y preguntarnos a nosotros mismos qué hacemos y por qué.

¿Qué piensas al respecto? Por si acaso, te dejamos datos sobre qué se necesita para construir y ampliar una startup.


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