Cada vez que se produce un avance tecnológico, la forma en la que vivimos se resiente y cambia para siempre. Todos los nuevos productos y servicios tienen un impacto casi instantáneo en la forma en la que trabajamos, nos comunicamos, consumimos y, por qué no, nos enamoramos y amamos. Hoy, podemos afirmar que el confinamiento producto de la pandemia por coronavirus y la tecnología han terminado de popularizar las citas en línea.
Lo curioso es que, si bien muchos pueden llegar a pensar que esta forma de encontrar nuestra media naranja es más bien reciente, la historia indica todo lo contrario. De hecho, estas apps para ligar a distancia han existido desde hace muchísimo tiempo, aunque el común de los mortales no tenía acceso a ellas.
Mientras Tinder y otras tantas se han vuelto tema recurrente de conversación en los últimos años, ya en 1959 especialistas de la Universidad de Stanford utilizaron una computadora y un software muy rudimentario para emparejar solteros a partir de ciertos patrones de compatibilidad. Para ello, desarrollaron un extenso cuestionario, en el cual los aspirantes debían contestar a cerca de medio centenar de preguntas para categorizarlos.
Sin embargo, no sería sino hasta tres décadas más tarde, cuando Andrew Conru creó WebPersonals, que finalmente pudimos tener un primer acercamiento a los portales para conseguir chicos y chicas en Internet. El resto es historia.
¿Por qué triunfa la tecnología de citas en línea?
Probablemente la anterior sea la pregunta que se están haciendo muchas de aquellas personas que, hasta ahora, no se han decidido a darle una oportunidad a las aplicaciones para ligar.
Antes que nada, debemos decir que el trabajo de aquellos investigadores, en cuanto a la clasificación de posibles candidatos, sigue siendo la base del funcionamiento de estos softwares. Por supuesto, ha pasado el medio siglo más prolífico de la historia de la humanidad en cuanto a pasos adelantes tecnológicamente hablando. Y eso se nota. Actualmente, los algoritmos empeñados son casi imperceptibles, y mucho más precisos que los de hace 50 años.
Pero yendo directamente a la respuesta de esta pregunta, podemos decir que las citas en línea tienen ciertas ventajas muy claras respecto del intento de ligar en la vida real, que tan mal se les da a algunas personas.
Lo primero, es la certeza de saber que estamos comunicándonos con alguien que busca una pareja, ya sea para toda la vida o para pasar un momento divertido. Segundo, esa persona ya habrá manifestado cuáles son sus intereses y, en la mayoría de los casos, coincidirán con los nuestros. Tercero, podemos explayarnos tal cual somos, sin el temor que producen esas aproximaciones iniciales en las que la timidez puede jugar una mala pasada.
Tampoco podemos perder de vista otro asunto: si bien el factor humano siempre ha sido en última instancia decisivo para que estas apps fueran exitosas o no, con el correr de los años y las mejoras implementadas, nuestras acciones tienen cada vez menos peso dentro de estas plataformas. Eso aumenta las probabilidades de ligar.
Inteligencia Artificial y Realidad Virtual, base de las citas del futuro
De cara a los próximos años, ya nadie tiene dudas acerca del papel preponderante que jugarán las aplicaciones de citas a la hora de conocer gente. No obstante, aún está por verse cuál es el marco en el que se producen esas relaciones. Los expertos coinciden en que la Inteligencia Artificial y la Realidad Virtual tendrán mucho para decir. Después de todo, hablamos de tecnologías que ya tienen su propio peso en muchas otras industrias.
Es así que lentamente están surgiendo propuestas como The Talking Artificially Intelligent Matchmaker o AIMM, que intentan guiar a los usuarios a lo largo de todo el proceso que implica pactar una cita por estos medios.
Este sistema no sólo nos acerca las coincidencias más exactas, sino que además nos brinda algunos consejos «eficientes» para comenzar una conversación. Incluso está abierto a comentarios de los propios usuarios para ir optimizando su rendimiento. En otras palabras, es como contratar un entrenador para citas, pero no humano.
Y a eso tenemos que sumarle el desembarco de la realidad virtual. Una realidad virtual que no sólo se ha hecho clave para el deleite a la hora del entretenimiento, en apps como TikTok, sino que también permite llevar la experiencia de citas al siguiente nivel. Por lo tanto, podemos tener un encuentro virtual antes que un encuentro físico.
Lindsay Portnoy, psicóloga educativa, explica al respecto que «la capacidad de involucrar a los usuarios a través de múltiples sentidos, comunicarse desde la seguridad de su propio espacio y la capacidad de escuchar, ver y tal vez incluso sentir a su pareja en un espacio virtual son algunas de las muchas razones por las que la realidad virtual puede sea el futuro de las citas y el amor». Esto define bastante de lo que podemos esperar en el futuro.
Coincidencias basadas en ADN, ¿es realmente posible?
Y, antes de terminar, tampoco queríamos perdernos la posiblemente siguiente revolución del mundo del amor online. Todo hace prever que no somos plenamente conscientes de a dónde irá a parar esta clase de programas.
El matrimonio entre la tecnología y las citas en línea ha visto aparecer proyectos como Pheramor, que promete servirse de pruebas de AND que envían los propios usuarios a la empresa, para emparejarles con sus hombres y mujeres perfectos. Para ello, claro, es necesario tomarse una muestra de las mejillas con un hisopo.
Evidentemente, esto suena un poco más futurista que las otras tecnologías que usan los sitios y aplicaciones de citas en línea, pero no debería extrañarnos que, en algún tiempo, también sea normal conseguir pareja de este modo.
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