- Si se le pregunta a la mayoría de los clientes, éstos pensarán que los móviles de Apple son más caros que los de Samsung, Google, Xiaomi, Realme, Motorola y el resto de los fabricantes que utilizan el SO Android
- En realidad, éste es un análisis erróneo, considerando que no puede hacerse una comparación liviana entre dos plataformas que tienen estrategias comerciales contrarias. Eso no puede soslayare de ningún modo
A pesar de lo que cualquiera de nosotros pudiera creer en primera instancia, y sobre todo considerando la histórica rivalidad a la que hemos asistido entre Apple y los demás fabricantes que se sirven del sistema operativo de Google, en realidad un iPhone no es más caro que un Android. ¿Por qué hacemos semejante información?
El caso es que en torno a uno de los dispositivos tecnológicos que más utilizamos a diario existen diferente teorías. Podría parecer, en un principio, que los teléfonos de Apple son mucho más costosos que los Android, aunque conviven estas hipótesis con otras que dicen que, en realidad, pasa todo lo contrario: cuestan lo mismo.
Por otro lado, eso también significa que muchos usuarios piensan que los iPhone son mejores porque son más caros. Tampoco es así. De hecho, no se puede generalizar en absoluto, ya que no todos los smartphone con Android permanecen dentro de la misma categoría. Y esa es la clave de este análisis que abordamos.
Manzana(s) vs Naranjas
La comparación de precios entre iPhone y teléfonos Android es fundamental y principalmente defectuosa. Podríamos compararla con el antiguo debate entre PC y Mac. Dos ecosistemas pensados para públicos distintos.
Apple normalmente lanza dos o tres nuevos iPhone al año, cuatro en las últimas temporadas, siendo uno o dos modelos los buques insignia de «gama alta» dentro de su catálogo, como vemos ahora mismo con los iPhone 13.
En el momento de escribir este artículo, a principios de 2022, Apple ofrece 8 modelos de iPhone en su sitio web. Evidentemente, poco tiene que ver este panorama con el que podemos toparnos si pasamos a Android.
Sin ir más lejos, Samsung ofrece más de 30 teléfonos Android para comprar en su sitio web, desde el Galaxy S21 hasta otros que apenas superan los 200 euros de coste, lo que demuestra que la estrategia comercial es otra.
Este es el principal problema con el argumento del precio. Simplemente hay muchos más dispositivos Android para elegir en el mundo que iPhone. Al menos si consideramos los son comercializados por los canales oficiales.
Es como tomar las cuatro o cinco manzanas más bonitas y compararlas con toda la pila de naranjas.
La disyuntiva Apple vs Samsung
Echemos un vistazo realista a las diferencias de precio entre los teléfonos iPhone y Android, ya sin esos prejuicios. Nos quedaremos con la comparación que tiene más sentido, la de los iPhone ve los Galaxy S21 de Samsung.
El iPhone 13 Pro Max, el mejor del catálogo de Apple, tiene un precio final de 1259 euros con 128 GB de espacio. Mientras el Galaxy S21 Ultra, el mejor del catálogo de Samsung, tiene un precio de 969 euros con esos 128 GB. Sucede que hay una pequeña trampa: el Galaxy S21 lleva casi un año en el mercado, por eso la rebaja.
Podríamos decir, entonces, que no hay grandes diferencias de precio, si no queremos gran diferencia de experiencia. Todo esto, sin enfocarnos en los plegables, que son más costosos que los iPhone, incluso que el más caro.
Los buenos teléfonos son buenos teléfonos, y punto
La verdad es que los teléfonos inteligentes se han asentado en modelos de precios muy similares en la gama alta. Cuando un fabricante sube los precios, otros lo ven como una oportunidad para hacer justo lo mismo. Básicamente, esto explica por qué se da esa uniformidad en los valores a medida que pasa el tiempo.
En otras palabras, si deseas comprar un smartphone sólido desde todo punto de vista, tendrás que pagarlo caro. Poco importa si lo ha fabricado Apple, Samsung, Google, o cualquier otra empresa que se dedique al rubro.
Y por curioso que parezca, más ahora con los plegables, los equipos más caros no son los de Apple.
¿Es entonces el iPhone caro? La última palabra la tienes tú. ¿Qué piensas al respecto?