6 tipos de clientes que debemos evitar al trabajar como freelancer

6 tipos de clientes a evitar como freelancer o autónomo

  • Trabajar como freelancer nos brinda una enorme libertad en muchos sentidos, aunque en muchas ocasiones debemos lidiar con clientes que son un dolor de cabeza.
  • Debemos ser conscientes que siempre existirán personas con las cuales, trabajar, no es precisamente un placer. Esta clase de clientes son los que tenemos que evitar como freelancer.

No podemos negar que el trabajo freelancer ha crecido de forma considerable en este último tiempo. Esta manera de trabajar nos permite obtener mucha libertad en diferentes aspectos, dejando horarios de lado y aceptando trabajos que realmente nos apasionan. Sin embargo, todo tiene su lado negativo y es por eso que nos vemos en la obligación de recomendar evitar esta clase de clientes si vamos a trabajar como freelancer o autónomo.

Quienes redactamos artículos en Islabit.com somos freelancer, tenemos años trabajando de esto y hemos vivido experiencias de toda clase; muchas de ellas han sido increíbles, mientras que otras, mejor ni siquiera recordarlas.

Antes de continuar, es fundamental que siempre tengas en mente que tu trabajo vale, tu tiempo es valioso y nadie puede decidir su valor, a excepción de ti mismo. Tienes la libertad para aceptar o rechazar trabajos de cualquier índole. Internet es un mundo amplio, es posible encontrar cientos de oportunidades laborales buscando un poco; no permitas que nadie desvalorice lo que haces. Recuerda que existen negocios en línea que se adaptan a las tendencias y las oportunidades no paran de aparecer.

Tipos de clientes que debemos evitar siendo freelancer o autónomo

Los que solicitan muestras gratis o no firman un contrato

Si estás trabajando en serio como freelancer, es necesario contar con ejemplos de nuestro trabajo, forma parte de construir nuestra propia marca online. Ya sea en forma de porfolio, repositorio de GitHub o referencias en diferentes sitios webs. De esta manera, el cliente ya tiene una idea de la calidad de nuestra labor.

Un cliente que solicita una muestra y no ofrece una compensación a cambio, no únicamente demuestra que intenta aprovecharse de nosotros y su tiempo, sino que nos costara hacer un buen trato. Si comenzamos con trabajo gratis, algo debemos tener por seguro, nos terminaran sobrecargando con trabajo y el pago será el mismo.

De la misma forma ocurre si no tenemos un contrato firmado, estamos trabajando gratis. Algunas personas harán lo máximo posible por no abonar un trabajo cuando este sea entregado. Esto es algo fundamental en todo momento, especialmente si no conocemos a la persona que solicita nuestros servicios.

Clientes que no están involucrados

Tenemos que hacernos la idea: si un cliente no puede invertir tiempo en proporcionar orientación y claridad sobre un proyecto, ¿Hasta dónde llegará el mismo? Como siempre decimos, nuestro tiempo vale y mucho, si tenemos que estar una semana para intentar tener una conversación sobre las bases del proyecto, no es precisamente una buena señal.

Lo ideal es separarse de esta clase de proyectos, podemos terminar haciendo un excelente trabajo, pero que no cumple con las expectativas del cliente porque el mismo no se involucró lo suficiente para dejar claras sus ideas, aquí únicamente podemos salir muy mal parados.

Los que están demasiado involucrados

Nos vamos al otro extremo, existen clientes que esperan que estemos disponibles 24/7, todos los días a cualquier hora; quienes critican cada decisión que tomamos como si tuviera demasiado en claro todo lo que estamos haciendo.

Si nos contratan para un trabajo es porque disponemos de un conjunto de habilidades que nos hacen idóneo para el mismo, las cuales el cliente necesita y no las tiene. De todo el mercado laboral y todas las opciones, decidieron que tú eres el indicado para el trabajo, porque tenías la mejor experiencia. Así que, si el que sabe eres tú, evidentemente muchas cosas se harán de una manera.

Clientes que baja o cuestionan el precio

Pedir que se aclare lo que se recibe a cambio de lo que cobramos es una prerrogativa del cliente. Aceptable una vez, si se sigue cuestionando las tarifas, estamos en camino a que se cuestione el valor de nuestro trabajo y, sobre todo, nuestro tiempo. Si son capaces de decirnos cuánto tenemos que cobrar por el trabajo que estamos haciendo, estamos demostrando que creen que saben más sobre lo que hacemos nosotros mismos.

Cambios repentinos en la propuesta de trabajo

Realizar solicitudes de cambio a un proyecto, tampoco es algo fuera de lo normal, es algo que puede ocurrir unas cuantas veces dependiendo de la complejidad del mismo. Sin embargo, puede llegar a ocurrir una cantidad de veces tan grande que, al final, terminamos haciendo un trabajo totalmente diferente, que requiere más tiempo y esfuerzo por el mismo precio.

Veamos, reelaborar el orden de los botones para mejorar una interfaz es una cosa. Reescribir los enlaces API para acomodar un nuevo esquema de pago, es algo completamente diferente. Es importante aprender a valorar nuestro tiempo y esfuerzo.

Hacerles caso a las malas vibras

No está mal hacerles caso a nuestros instintos ¿Hace falta involucrarnos en una situación en donde creemos que las cosas pueden salir mal? Especialmente si no tenemos el control total de la situación.

Una de las grandes ventajas que tiene ser freelancer es la enorme libertad que tenemos, poder aceptar diferentes trabajos, trabajar el tiempo que deseemos, decidir con quien trabajar y con quien no hacerlo. Recordemos algo: no todos los dólares valen la pena.

En este sentido tenemos que saber lo que valemos. Si un cliente nos da malas vibras y creemos que no vamos a estar cómodos realizando este trabajo, simplemente lo rechazamos y continuamos al siguiente.


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