Los dispositivos digitales transforman el lenguaje

La evolución de los dispositivos digitales y la rápida expansión de Internet por todo el planeta ha transformado por completo nuestras sociedades, haciendo hincapié en la forma en la que nos relacionamos y comunicamos. De esta manera, las aplicaciones de mensajería instantánea se han convertido en algunas de las herramientas más utilizadas desde hace años, generando nuevas necesidades en nuestras conversaciones escritas.

El espacio y el tiempo ganan protagonismo en esta nueva forma de comunicarse, sobre todo desde que se implantaron los mensajes de texto (SMS). A partir de ese punto, nuestro lenguaje se ha ido modificando a pasos agigantados, para adaptarse a un nuevo contexto digital donde las palabras comparten protagonismo con otros elementos como capturas de pantalla, emojis, memes o gifs.

De hecho, nos sorprenderán muchas de las abreviaturas para WhatsApp más utilizadas, que provienen principalmente del inglés y tienen un significado muy concreto que se pierde fuera del ámbito digital. Por supuesto, estas siglas se han convertido en conceptos con un fuerte componente internacional, ya que se entienden en prácticamente todos los países del planeta. El aumento exponencial de usuarios y las posibilidades que tenemos para comunicarnos han abierto la puerta a otras compañías digitales alternativas a WhatsApp, que nos ofrecen un servicio fundamental a un precio que era impensable hace tan solo una década. Además, los pronósticos de futuro son muy positivos para el sector, a pesar de que cada vez tienen más fuerza otro tipo de relaciones digitales a través de vídeo o plataformas que pretenden generar un metaverso virtual.

Los autocorrectores son cada vez más sofisticados

Sin embargo, merece la pena destacar que el desarrollo digital tiene una contradicción a la hora de hablar de la mensajería instantánea, ya que la proliferación de estas abreviaturas choca directamente con la mejora constante de los autocorrectores. Esto hace que en ocasiones puedan volverse incómodos, ya que nos cambian las palabras al no ser capaces de adaptarse tan rápido a esta nueva forma de lenguaje.

Esto ha empujado a los dispositivos a realizar mejoras en esta dirección, por lo que en la mayoría de nuestros smartphones podemos añadir nuevas palabras para que las identifica. Este proceso es muy sencillo y nos ahorrará mucho tiempo a medio plazo, sobre todo si tendemos a tener varias conversaciones al mismo tiempo y no le podemos prestar mucha atención al contenido de los mensajes.

Aumenta el tiempo que pasamos ante los dispositivos

Esta situación deja patente que cada vez pasamos más tiempo ante los dispositivos, surgiendo nuevas necesidades que debemos resolver para facilitar la comunicación. Asimismo, una de las consecuencias directas de este proceso es que empezamos a entender nuestros teléfonos móviles como ordenadores, algo que empuja a los usuarios a equiparlos con otros accesorios como teclados o ratones para optimizar su uso.

El último estudio elaborado por la plataforma App Annie alega que pasamos una media de cinco horas delante de nuestros smartphones, aunque este tiempo no deja de aumentar con el paso de los años. Esta nueva realidad no se tiene que ver como un problema sino como una condición imperante del nuevo estilo de vida digital, aunque no podemos pasar por alto los descansos o nuestros tiempos de desconexión.

Esto también ha empujado al crecimiento de aplicaciones para saber cuánto tiempo dedicamos a cada una de nuestras aplicaciones, una herramienta muy útil si queremos tener constancia de nuestras rutinas y tratar de maximizar nuestro tiempo libre. De este modo, podemos atrevernos a decir que los dispositivos digitales transforman el lenguaje, pero también modifican nuestra vida para que cada vez gire más en torno a estas nuevas formas de comunicación.