- El concepto de web 3.0 se asocia inmediatamente al de descentralización, y si bien está claro que la relación entre ambas nociones es indiscutible, no es menos cierto que eso no la define al 100%
- La web 3.0 es una evolución de la web 2.0, pero representa una serie de novedades que no pueden ser restringidas únicamente a avance lineal, sino tridimensional, de la manera en que navegamos
Si has estado leyendo nuestros artículos últimamente, es probable que ya tengas algunas nociones básicas relacionadas con la web 3.0 y las implicancias que ésta podría tener, muchas de ellas en torno a la descentralización. Pero a pesar de que indudablemente es una parte importante de su propuesta, el caso es que la web 3.0 no se trata solamente de descentralización, y por eso hay que detenerse en su recorrido y su potencial de crecimiento.
En líneas generales, podemos definir a la web 3.0 como la última versión de Internet, una que se está convirtiendo rápidamente en un gran cambio de juego en lo que respeta a la presencia en línea y la forma en que interactuamos entre nosotros. Aún así, hay probabilidades de confusión con la web 2.0 y la web 1.0, que hay que aclarar.
La próxima generación de Internet
Como decíamos, estamos ante la próxima generación de Internet, una vez superadas la web 1.0 y la web 2.0.
A modo de recopilatorio, el término web 1.0 se refería a Internet en su forma original y más básica, que no era otra que la de una serie de documentos interrelacionados. Así fue como se desarrolló Internet en sus inicios, y resultó bien durante muchos años hasta que, de repente, la cultura quedó dominada por los medios interactivos, apareciendo las redes sociales con Facebook a la cabeza, que cambiaron lo conocido hasta allí.
El término web 2.0 se refiere a ese cambio de medios estáticos a interactivos. Lo que indica un paso del consumo pasivo a la participación activa, de la comunicación unidireccional a la comunicación bidireccional. Además de poder compartir nuestra existencia virtual con otras personas, algo que hasta entonces era impensado.
Web3.0, sin embargo, es otro paso adelante pero no lineal, como el de web 1.0 a web 2.0, sino «tridimensional». Justamente por eso es más complicado definirla. Ya que referencia a la última iteración de Internet y cómo es distinta de la forma original y cómo esa diferencia va a cambiar por completo nuestras vidas como los conocemos, de maneras que serán tan revolucionarias que tal vez ni siquiera podamos apreciarlas por completo todavía.
Después de todo, Internet inicialmente se diseñó como una serie de «páginas» o documentos almacenados en servidores repartidos por todo el mundo. La idea de la World Wide Web es que estos documentos puedan ser rastreados por otras computadoras, para que sus datos puedan ser compartidos y cruzados.
No -sólo- una evolución de la web 2.0
Web 3.0 es la próxima generación de Internet, que se basa en redes descentralizadas o cadenas de bloques. Ahora bien, como no se basa en servidores centralizados para el almacenamiento y la distribución de datos, los usuarios funcionan tanto como proveedores como consumidores de recursos para con los demás usuarios.
La web 2.0 es más interactiva que la web 1.0. Pero todavía mantiene servidores centralizados que almacenan todos los datos y son vulnerables a los ataques, así como a programas gubernamentales de vigilancia como PRISM o XKeyscore. Ésta es una de las razones por las que se ha trabajado en una instancia superadora.
De hecho, es un término integral que se ha utilizado para describir el futuro de Internet. También para referirse al potencial de las nuevas tecnologías y aplicaciones para tener un impacto en la sociedad en general.
Fue acuñado por primera vez Tim O’Reilly en 2006, quien quería diferenciar la generación venidera, ya actual para nosotros, de las tecnologías basadas en la web de las de la web 2.0, que paradójicamente recién iniciaba su camino.
Web3.0 se refiere a un conjunto de tecnologías que son descentralizadas y autónomas. Las que pueden brindar una mejor experiencia que la que está disponible actualmente a través de sistemas como Google o Facebook.
Web3.0 no se trata solamente de descentralización, sino también de crear un sistema más abierto que promueva y facilite la privacidad del usuario. Y nos permita, así controlar nuestros propios datos e identidad digital.