- Ni siquiera las grandes marcas se salvan de ataques y filtraciones, como GTA o FIFA de EA Sports
- Los modelos de juegos freemium y la inventiva de los ciberdelincuentes nos obliga a sospechar
- ¿Cuáles son los datos de la industria que más preocupan y qué medidas preventivas tomar?
Como suele pasar con los videojuegos más populares, y puede que lamentablemente sepas por experiencia propia, FIFA 23 está entre los preferidos de los hackers a la hora de robar datos personales aprovechando esos modelos freemium, que es como se denomina a los títulos en los que se ofrecen servicios básicos gratuitos, mientras se brindan otros más avanzados a cambio de dinero cuando el público ya está enganchado con las propuestas.
Esta problemática relacionada con la privacidad y la seguridad de los usuarios, que evidentemente no atañe sólo a la última versión del simulador de fútbol de EA Sports, pone sobre el tapete la necesidad de los gamers de disponer de entornos cerrados para jugar, como así también de estar atentos a posibles movimientos sospechosos.
De hecho, si echamos un vistazo a las últimas noticias al respecto, con la filtración de vídeos de Grand Theft Auto VI aún en desarrollo, podemos ver que muchas veces los ciberdelincuentes incluso vulneran las barreras de las firmas. Mayor resultará nuestra responsabilidad como jugadores de comprobar que nuestra información está a salvo.
Compañías y gamers, en alerta
Voces reconocidas dentro de este ámbito, como Hervé Lambert, Global Consumer Operations Manager de Panda Security, destacaron la incertidumbre que existe alrededor de estos eventos al advertir que los ladrones virtuales «centran sus esfuerzos en atacar desde al particular hasta la gran empresa, según sus intereses» y objetivos.
«Tienen mecanismos muy desarrollados para saber cómo infiltrarse en las redes de las grandes corporaciones, costándoles millones y millones de euros sin casi ningún esfuerzo«, detalla el directivo del prestigioso antivirus.
Tipos de estafas en torno a estos juegos
Si no estás tan metido de lleno en el funcionamiento de estos títulos, puede que aún no tengas claro cómo atacan quienes se dedican a explotar las brechas de seguridad de FIFA 23, Hearthstone y demás videojuegos famosos.
La clave está en que todos estos tienen monedas internas, FUT en el caso de FIFA 23, las cuales los jugadores compran para poder sacar ventaja en las partidas, siendo una de las características favoritas de la mayoría, especialmente dentro del modo Ultimate Team, que es a día de hoy su principal fuente de recaudación.
Ese dinero sirve para comprar cartas de futbolistas, que en el mercado pueden tener valores absurdos, inimaginables. Numerosos son los casos de usuarios que, creyendo que están alcanzando un trato favorable por una de esas cartas, acaban perdiendo todo su dinero porque la otra parte nunca libera el elemento que había prometido.
El mismo Lambert agrega que «es más fácil de lo que parece perder el dinero a la hora de comprar FUT Coins«, ocurriendo esto sobre todo si el comprador «no verifica adecuadamente la legitimidad de la página donde compra».
¿Qué se puede hacer al respecto?
Si no queremos que suceda algo malo, lo primero es limitarnos a llevar a cabo estas transacciones económicas dentro de páginas verificadas de EA Sports, alejándonos de los anuncios de FUT Coins a precios bajos. Usualmente, ésta es la táctica que más usan los ladrones para atraer jugadores desprevenidos.
En resumen, hay que ser cautelosos si se oferta por medio de redes sociales o páginas de terceros donde se nos exigen pagos por adelantado, porque está repleto de víctimas que finalmente no reciben nada a cambio, sostiene este experto en ciberseguridad de Panda Security antes de enfocarse en otros riesgos adicionales… y peores.
El phishing, la última tendencia
Pero si hasta ahora los únicos peligros eran financieros, desde hace varios meses el phishing es otra amenaza. Básicamente, consiste en un mensaje que llega al jugador de parte de EA, confundiéndole respecto del verdadero origen del correo o SMS, y haciéndole creer que realmente el estudio se comunica con él.
Confiado, el gamer entra al portal al que es redirigido, pone sus credenciales de acceso, e inmediatamente observa cómo pierde el control de su cuenta, llegándole correos que indican que ha cambiado su contraseña y demás.
Lambert afirma que en ciertas propuestas «son menores los que suelen caer en la trampa y acceden a completar los datos que se piden en el mail o páginas ilegales con la tarjeta de sus padres ya registrada«. Podemos imaginarnos la clase de inconvenientes que eso puede traerle a aquel adulto que no está al tanto de nada.
Independientemente de las modalidades, que so dinámicas y cambian tanto como los juegos afectados, pudiendo ser hoy FIFA 23 por ser nuevo y mañana otro, lo importante es ser conscientes de la inseguridad informática actual.