Evidentemente, estar utilizando nuestro ordenador con Windows y tener que lidiar con el molesto tinte azul o rojo en el monitor no es algo agradable. No únicamente para editores de fotos o vídeo, también para el usuario promedio.
Algunos monitores tienen un tinte azul o más frío, mientras que en otros monitores es rojo o amarillento. Esto es un problema que empeora nuestra experiencia de forma significativa, especialmente cuando vamos a visualizar vídeos, fotografías, etc.
Solucionar el tinte azul o rojo en el monitor en Windows
Comprobar si la luz nocturna se encuentra encendida
Una de las primeras cosas que tenemos que verificar es si la luz nocturna se encuentra encendida, debido a que proyecta una sombra ligeramente rojiza o amarilla en la pantalla para proteger nuestros ojos de la luz azul que sale de esta. Para poder verificarlo vamos a tener que dirigirnos a Configuración presionando Windows + i.
A partir de aquí vamos a Sistema > Pantalla y verificamos si la luz nocturna o Night Light se encuentra activado. En caso de que así sea, tendremos que desactivar la opción.
Desde Configuración > Sistema > Pantalla > Luz nocturna vamos a poder cambiar la intensidad o temperatura del color. Evidentemente, mientras más “caliente” este, más rojiza se volverá la pantalla. Así que debemos tener en cuenta todo esto para poder cambiar la temperatura de la pantalla.
Actualizar los controladores gráficos
En muchas ocasiones este problema ocurre gracias a tener controladores antiguos y obsoletos, aunque también recomendamos comprobar las actualizaciones de controladores opcionales. Así que vamos a tener que intentar actualizar los controladores en cuestión; para esto recomendamos visitar la web oficial del fabricante de nuestra placa de vídeo para obtener los últimos drivers disponibles.
Revertir la actualización de los controladores gráficos
Otra posibilidad sucede con drivers gráficos que comenzaron el problema. Suele ocurrir a menudo, así que deberemos considerarlo si recientemente hemos instalado nuevos drivers. Para poder revertir los controladores de la GPU vamos a tener que hacer lo siguiente:
- Abrimos el Administrador de dispositivos, presionamos la tecla Windows y escribimos Administrador de dispositivos.
- Expandiremos la opción de Adaptadores de pantalla.
- A continuación, vamos a dar clic derecho en el controlador y luego vamos a elegir Propiedades.
- Nos dirigimos a la pestaña Controlador y daremos clic en Revertir controlador.
En caso de que el controlador se encuentre atenuado, significa que no existe una actualización que nuestro ordenador pueda revertir. Tendremos que pasar a la siguiente solución.
Usar una frecuencia de actualización nativa y resolución de pantalla
Cuando cambiamos la resolución de pantalla a una que no es la recomendada o la frecuencia de actualización, nos podemos encontrar con unos cuantos problemas, entre ellos el del tinte. Para cambiarlo tendremos que dirigirnos a Configuración > Sistema > Pantalla > Pantalla avanzada.
Vamos a configurar la pantalla que nos esté dando problemas desde Establecer pantalla para ver o cambiar la configuración, luego daremos clic en Propiedades del adaptador de pantalla para la pantalla 1, daremos clic en Enumerar todos Modos, configuraremos la resolución nativa y la frecuencia de actualización, finalmente daremos clic en Aceptar.
Verificar si tenemos aplicaciones de calibración de pantalla
Es importante comprobar si tenemos alguna aplicación que calibre la pantalla instalada en nuestro ordenador. Una app de terceros puede ocasionar este problema al cambiar la calibración de la pantalla. Por lo tanto, si encontramos una app de este tipo, tendremos que desinstalarla del ordenador.
Usando el arranque limpio
Un reinicio limpio deshabilitará todos los servicios a excepción de los de Windows y GPU. De esta forma podemos verificar rápidamente si alguna aplicación está ocasionando el problema. En caso de que el tinte desaparezca, tendremos que habilitar todos los servicios de manera manual para averiguar qué aplicación es la culpable.
Punto de restauración del sistema
En caso de que nada de lo anterior funcionará, la única alternativa que nos queda es que se produjera alguna clase de cambio en la configuración del sistema. Lo mejor en este punto es usar un punto de restauración del sistema anterior (siempre y cuando tengamos uno creado) en donde el tinte no estuviera.
Presionamos Windows y buscamos Buscar punto de restauración, daremos clic en Restaurar sistema y seguiremos las instrucciones que aparecen en pantalla para completar el proceso y verificar si el problema se solucionó.
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