- Desde hace muchos años nos encontramos con muchos correos electrónicos que vienen con firmas que parecen una declaración de amor.
- Estas firmas demasiado largas realmente no sirven para nada y consiguen que el receptor pida por favor que no le volvamos a escribir.
- Una firma realmente útil, es aquella que contiene información básica de contacto, realmente no hace falta mucho más.
Se podría decir que las firmas en los correos electrónicos hacen que los mensajes se vieran como si estuviéramos usando un buen traje. Sin embargo, añade más texto y seamos honestos, a nadie le gusta leer más a menos que sea necesario. Entonces, ¿Tendríamos que molestarnos con una firma de correo electrónico?
Es muy factible que en varias ocasiones hayamos visto en la parte inferior de los correos electrónicos que nos envían una firma. Generalmente, se incluye información de contacto, alguna URL y logotipo de empresa o sitio web. Lo más curioso es que, en muchas ocasiones, las firmas pueden ser más largas que el correo electrónico en sí.
Aquellas personas que añaden firmas en los correos electrónicos se podrían decir que son las mismas que escriben sus nombres en los libros y que se quedan en el teléfono para responder a los encuestadores. Y si bien, una forma demasiado larga para un correo electrónico comercial es algo que hasta cierto punto podemos perdonar, una firma larga en un correo personal, significa que posiblemente el remitente tiene alguna clase de problema ¡Corramos!
¿Realmente tendríamos que molestarnos con una firma en el correo electrónico?
Y aquí viene la gran pregunta. Para ser claros, las firmas en los correos electrónicos tampoco es que sean algo nuevo. Antes de estas teníamos las tarjetas de visita o contacto, apretones de manos algo dudosos, etc.
Pero ¿Tendríamos que tener una? En realidad, depende de si la persona que recibe el correo electrónico necesita ver todo ese contenido. Si nos dedicamos de alguna manera al marketing de contenidos o cualquier tipo, y nos comunicamos con otras empresas, podría llegar a ser útil. En dicho caso, una forma puede ayudarnos a dar reconocimiento de marca de manera efectiva y deja en claro quienes somos y qué hacemos de manera sencilla.
Son muchas las personas que únicamente miran el último correo electrónico que se les envió en lugar de revisar la libreta de direcciones, así que la firma puede actuar como una especie de recordatorio rápido de nosotros.
Pero como dice el viejo dicho: “A veces, menos es más”. Lo mejor sería pensar en las firmas de correo como el refrigerador que se encuentra en el comedor, no debemos ocupar demasiado espacio. Las firmas de negocios largas, posiblemente pasen desapercibidas, por lo que comentamos al principio, la mayoría de personas no pierde demasiado tiempo leyéndolas. Mientras más largas se hacen, menos ganas de leerlas tendrán.
Las firmas de negocios demasiado largas pueden parecer desesperadas, aquellas que tienen el tamaño de un artículo de periódico son una señal de que estás bajo el tótem de la empresa. Justamente por esto, las primeras tarjetas de presentación de Mark Zuckerberg decían simplemente “Soy CEO, perra”.
Posiblemente, esto también se deba a que las firmas largas dan la impresión de que eres nuevo en tu carrera y estás esforzándote demasiado por buscar afirmación profesional. Al final, se termina viendo como una especie de póster pegado en la pared de un dormitorio. Muchos piensan en un inicio que realmente importan. Pero a medida que vamos madurando y que hacemos las cosas como corresponde; nos damos cuenta de que no es realmente necesario y terminamos riéndonos de aquellas personas que siguen haciendo esto.
Y como seguramente te habrás dado cuenta, cuando enviamos correos electrónicos de un lado a otro, termina obstruyendo todo el hilo de la conversación.
Dejando de lado las cosas poco importantes
Aquí lo que realmente es importante es simplemente dejar la información de contacto básica, realmente no hace falta nada más. Intenta evitar las citas inspiradoras, eslóganes, mantras y cosas raras. Estas son demasiado cursis y lo único que conseguiremos es que esa persona rece para que no volvemos a enviarle otro correo.
Muchas personas siguen sus vidas día a día sin la necesidad de escuchar o leer una cita diaria o eslogan repetido hasta el cansancio. Si no eres capaz de tatuarlo en tu cuerpo, tampoco deberías ponerlo en la firma de correo electrónico.
Pero ¿Tendríamos que molestarnos con una firma de correo electrónico? No cabe duda de que deberíamos anunciarnos con una firma como un padre acompaña a su hija al baño. Pero no hace falta recargarlo, dejemos que las palabras que realmente importan en el contenido del correo hablen por nosotros.