- Las VPN descentralizadas son consideradas la evolución de las redes virtuales privadas de siempre
- Sus beneficios respecto de las VPN son obvias, pero, ¿y si las comparamos con el navegador Tor?
La descentralización promete cambiar el modo en el que concebimos muchas de las tecnologías que usamos a diario. Ahora mismo, prácticamente todas las aplicaciones con las que solemos relacionarnos tienen al menos una variante con estas características. En tal contexto, una duda racional se plantea a quienes quieren proteger sus datos: VPN descentralizadas vs Tor. ¿Qué diferencias existen entre estas soluciones y deberías tener en mente?
Por supuesto, lo primero es aclarar que evidentemente hay similitudes entre ambas, ya que tanto las dVPN como Tor dependen de nodos que les sirven para redirigir el tráfico en todo el mundo, disfrazando la información más sensible.
A partir de allí sus caminos comienzan a separarse, ya que las dVPN lo incentivan a los usuarios para que permitan que sus propios dispositivos sean usados como nodos, siendo sólo la punta del iceberg de las futuras diferencias.
Es que las VPN descentralizadas son una innovación sumamente disruptiva, que si bien se basa en las VPN clásicas, también toma algunas de las cualidades que han hecho de Tor un programa indispensable para el gran público.
Pero, ¿cómo funciona Tor?
En muchos sentidos, las dVPN tienen más en común con Tor que con las VPN normales, a pesar del nombre. Todos estos sistemas comparten el hecho de que sirven como formas de anonimizar tu navegación en Internet. Ejecutando cualquiera de los programas en cuestión, evitarás que los demás puedan conocer tu actividad.
En el caso concreto de Tor, lo que hace es redirigir al tráfico a través de los llamados nodos, que actúan como si fueran servidores, aunque son dispositivos operados por individuos, como por ejemplo los teléfonos inteligentes.
Cuando nos conectamos a un nodo, asumimos la dirección IP del mismo, y parece que estamos donde está él. Suponiendo que quieras acceder a un portal de otro país, es una buena opción que no deberías descartar.
La desventaja, a la que durante mucho tiempo no se le prestó demasiada atención, es que la persona dueña de ese dispositivo puede ver qué estamos haciendo. En general no significa nada, pero podría tratarse de alguien que viva en países como Rusia o China, donde se censura la navegación, y ese alguien vería qué hacemos.
Nodo sobre nodo, posibles problemas
Esta falta de encriptación podría ser un impedimento grave, pero Tor lo maneja de una manera muy interesante. Aprovecha varios nodos y no sólo uno, estableciendo uno de entrada y luego otros dos para despistar. Gracias a ello, ninguno de los nodos tiene todos los datos sobre nuestra sesión de navegación en Internet.
Por decirlo de otra forma, el nodo de entrada puede saber quiénes somos pero no qué páginas estamos visitando. Por otro lado, los nodos secundarios pueden ver qué sitios visitamos, pero no tienen ni idea de quiénes somos.
Ésta es una solución interesante, nosotros mismos lo afirmamos, pero también que la seguridad parece no alcanzar. Como no hay encriptación, sigue siendo posible rastrear los pasos del usuario si sabemos cómo hacerlo. Evidentemente, para la mayoría esto será un panorama aterrador, el que querrán evitar de cualquier manera.
¿Cómo las dVPN podrían solucionar estos inconvenientes?
Cuando se trataba de decidir entre redes virtuales privadas tradicionales y Tor, muchos se quedaban aún con Tor. Pero la entrada en escena de las dVPN representa para algunos una nueva era dentro de esta industria. Podemos encontrar numerosos artículos en los que gurús de Internet se refieren a ellas como «evolución».
A diferencia de Tor, en las redes virtuales descentralizadas los nodos no están a cargo de voluntarios.
Quienes usan los nodos se pagan entre sí para utilizar los de los demás, pagándose con criptomonedas que acuña el propio operador de la red. Así, más que un servicio trabajan como operadores de red que conectan a las personas que pretenden alquilar un nodo con las personas que necesitan alquilar uno. Una salida realmente ingeniosa.
Los nodos de ambos manejan los registros de manera similar, ya que no registran ningún dato de tráfico y solo pueden ver los datos de conexión del siguiente dispositivo en el circuito.
Eso indica que las dVPN podrían sufrir algunas de las mismas advertencias en torno a la seguridad que padece Tor. Se incluye el hecho de que tener que usar múltiples nodos nos anticipa que habrá una desaceleración de la red.
A esta altura de las cosas, las dVPN se diferencian de Tor menos de lo que esperaríamos, únicamente en el pago por el uso de los nodos, y la oportunidad de hacer algo de dinero extra alquilando nuestros dispositivos como nodos. Su virtud, sin embargo, es que tienen un gran potencial de mejora porque la descentralización recién ha aparecido. Veremos en los próximos años en qué otros aspectos pueden distinguirse. Estamos seguros de que serán varios.
¿Tienes alguna experiencia con las VPN descentralizadas? ¿Qué crees que le aportarán al sector?