- La distinción entre sistema operativo y distribución parece estar clara para la mayoría de nosotros
- En verdad, conocemos sólo algunos de los detalles en los que se diferencian ambos conceptos
- ¿De qué forma trabaja Linux, y por qué sus distribuciones no son un sistema operativo en sí?
Si tienes algunos conocimientos en el ámbito de la informática, probablemente sabes que Ubuntu es una distribución y no otro sistema operativo. Por lo tanto, podríamos afirmar que Ubuntu no es el equivalente a Windows ni MacOS. Pero, ¿qué significa esto para el usuario? ¿qué diferencias hay entre distribución y sistema operativo?
Lo primero que tenemos que aclarar, por si acaso, es que Ubuntu es una distribución del sistema operativo Linux, seguramente la más famosa de todas a las que tenemos acceso dentro de este entorno libre, de código abierto. Entonces la conclusión es que Ubuntu no equivale a Windows o MacOS, sino que Linux es semejante.
Pero la clave está en el funcionamiento y la distribución -nunca mejor dicho- que tiene Linux desde su aparición. Mientras Ubuntu representa para muchos la puerta de entrada a ese sistema operativo, porque su interfaz es más sencilla que la de otras distribución, surgen opciones como Red Hat Enterprise Linux que son más complejas y están enfocadas en clientes particulares, como por ejemplo empresariales.
Un Linux para cada usuario
A diferencia de otros sistemas operativos, habrás notado que hay un Linux para cada usuario, o clase de usuario. Los sistemas operativos a los que estamos acostumbrados, Windows y MacOS, vienen en una presentación única, siendo los clientes quienes tienen que adaptarse a ellos, en todo caso personalizando algunos de sus aspectos.
Sus propuestas no son tan diversas como las de Linux, evidentemente, y los desarrolladores que están detrás de sus limitadas variantes son siempre los mismos, los de Microsoft y Apple respectivamente, sin depender de nadie más.
Sistemas operativos vs distribuciones
¿Qué es un sistema operativo?
Para comprender del todo Linux, es indispensable entender qué es un sistema operativo y, por definición, un SO es un software que gestiona los recursos de hardware de un ordenador, realizando dos acciones imprescindibles:
Interacción entre el usuario y las aplicaciones
De movida, un sistema operativo actúa como el elemento en común entre el usuario y los recursos. Consistente esto en que el usuario se relacione con el hardware, ya que usa ratón y teclado, y ve los resultados de sus acciones en un monitor. Por supuesto que es imposible escindir el hardware del software. Cualquiera de estas tareas pasa por aplicaciones, que son las que ponen los límites a los resultados de las acciones.
Interacción entre el hardware y el software
A su vez, aunque no lo vemos con nuestros propios ojos, hay una sincronización entre hardware y software de fondo. Las aplicaciones están constantemente accediendo a la CPU, a la memoria RAM, al almacenamiento, etc. Dichas instrucciones son convertidas a un formato legible por la computadora, para que el hardware ejecute.
¿Por qué Linux ofrece distribuciones?
Pero decíamos que Linux no es un sistema operativo sino que tiene distribuciones, mientras que los otros, refiriéndonos a Windows y MacOS, sí son sistemas operativos. La explicación está en la historia de Linux.
Linux no es más que un kernel
La primera versión de Linux fue lanzada por Linus Torvalds en el año 1991 y desde esa presentación, supimos que no se trataba de un sistema operativo como los conocemos, sino de un kernel, su componente trascendental.
Ese núcleo es, en definitiva, responsable de las interacciones que se dan en un PC, transformando las instrucciones recibidas desde las aplicaciones en un formato binario que pueda ser analizado por los elementos duros, el hardware.
De esa manera, todas las distribuciones de Linux llevan el kernel de Linux bajo el capó y lo combinan con distintos aspectos para que no los confundamos, como los entornos de escritorios, etc. Por eso lo de «distribuciones».
En resumen, son todas distribuciones del mismo kernel -o sistema operativo si bien no lo es como tal- que se separan según el modo en el que se traducen en la práctica, y por eso este artículo era necesario para habituarnos a ellas.