- La minería de liquidez es indispensable para el funcionamiento de las finanzas descentralizadas
- Ya nadie discute su importancia, pero hay cosas de estos procesos que todavía no convencen
- ¿Qué pueden aportar los nuevos actores de la industria en favor de la confianza del usuario?
En estos tiempos convulsos para las inversiones, y en los que tampoco tiene sentido guardar el dinero por la inflación, muchos usuarios se están preguntando qué será del futuro de la minería de liquidez en 2023 y más allá, considerando que se trata de una forma de producir ingresos pasivos con defensores y detractores.
Sin embargo, para intuir qué pasará en el futuro debemos comprender primero qué significa la minería de liquidez respecto del criptomercado en general, porque desde la relevancia de este concepto surge todo lo demás.
En principio, somos conscientes de que la muerte de la minería de liquidez significaría el final de las DeFi, finanzas descentralizadas, pero como éstas siguen allí podemos suponer que aún tiene mucho para dar.
El estado actual de la cripto-liquidez
Antes de centrarnos en la minería de liquidez debemos hablar de la cripto-liquidez a grandes rasgos. Básicamente, el criptomercado se divide en diferentes intercambios discretos, como CEX y DEX, ofreciéndonos cada uno su oferta y demanda, sus precios y, por qué no, sus limitaciones de acceso.
La liquidez de estos intercambiadores es escasa, como el acceso a sus activos, y sus precios muy vulnerables. Pensando en ello, era lógico que aparecieran algunas opciones alternativas como la cripto-liquidez.
Entonces, ¿qué es la minería de liquidez?
Se suele definir a la minería de liquidez como una estrategia de inversión en la que los usuarios, o proveedores, generan ingresos pasivos al prestar temporalmente sus criptoactivos a alguno de los protocolos DeFi.
Dicho de otro modo, obtienen recompensas a cambio de permitir que el mercado se siga moviendo. Lamentablemente, la mayoría se queda sólo con esto cuando hay más cuestiones que considerar.
De hecho, debemos darnos cuenta de que incluso cuando existía cierta reticencia a aceptar que intervengan en el mercado estos actores, pronto los fanáticos de las DeFi se dieron por vencidos, y reconocieron que sin la minería de liquidez las operaciones se detendrían y los usuarios abandonarían ese mercado de inmediato.
¿Qué tiene de malo el modelo actual de minería de liquidez?
Hay asuntos en torno a la minería de liquidez que siguen creando desconfianza, y son los de siempre: seguridad, volatilidad y cierto carácter mercenario que tienen quienes se dedican a esta tarea.
Los ciberdelincuentes saben que se mueve muchísimo dinero en los entornos de trabajo con minería de liquidez, mientras que la volatilidad es una característica propia de las criptomonedas que aún no ha podido resolverse. Respecto de ese carácter mercenario, bueno, no se podría esperar otra cosa, nadie sería altruista con eso.
Los nuevos enfoques en el sector
Frente a las debilidades antes mencionadas, estamos siendo testigos de la llegada de nuevas plataformas, soluciones que prometen obtener la confianza de los usuarios y, de paso, impulsar las DeFi.
Su virtud es que permite agregar liquidez criptográfica fragmentada en un único servicio gracias a la interconexión de intercambios, más veloz y eficiente.
Esto supone que estamos ante un concepto de minería revolucionario, más flexible que el estándar DeFi común.
¿Cuáles son las ventajas de la minería de liquidez de última generación?
El principal beneficio y similares es que es flexible, favoreciendo que los usuarios definan exactamente cómo quieren capitalizar la cripto-liquidez, y qué grado de riesgo están dispuestos a asumir.
Los usuarios podrán decidir cómo quieren relacionarse entre sí, pretendiendo ganar dinero al proveer liquidez, comercializando activos, o bien combinando ambas labores, si es que con eso se sienten más cómodos.
Otras ventajas tienen que ver con que no hace falta mucho capital para comenzar las operaciones, y que los intercambios son múltiples y con cualidades únicas.
Conclusión
Es evidente que la minería de liquidez no sólo no está muerta: está más viva que nunca. Necesita continuar desarrollándose, como casi todo alrededor de las DeFi, pero no tenemos dudas de que seguirá mejorando.