- Un giro para el terror en los videojuegos que nos brinda una experiencia que hacía tiempo no vivíamos.
- Una visión de ciencia ficción de terror y supervivencia que toma los sustos clásicos y le brinda una merecida actualización.
- Acompañado de un ambiente sombrío que nos genera una sensación de tensión y desesperación constante que nos invita a seguir sufriendo minuto tras minuto.
El género de terror y supervivencia siempre fue algo que, por lo menos en videojuegos, logra crear tensión y aumentar la sensación de desesperación en muchas ocasiones, algo que se vuelve fundamental en esta clase de juegos. Siguiendo este punto, The Callisto Protocol es una genialidad de terror imperdible de los creadores del alabado Dead Space. Enfocado en esa sensación de inquietud que no para de crear, mientras que nos enfrenta a diferentes amenazas de toda clase. Incluso, en esos momentos en donde es válido estar calmados, The Callisto Protocol, no nos lo permite.
A simple vista, el juego tiene muchas similitudes con su predecesor espiritual, Dead Space, aunque añadiendo un toque personal que aumenta la experiencia de terror más visceral. Sin embargo, las influencias y el género de The Callisto Protocol son bastante claros, en varias ocasiones se recurre a tropos familiares y algunos combates que terminan siendo un poco frustrantes. No obstante, logra mantener un equilibrio impecable como un juego de supervivencia y horror que logra desconectarnos, pero a la vez nos emociona y nos invita a seguir explicando sus oscuros rincones.
Una hermosa genialidad de terror imprescindible: The Callisto Protocol
Vamos a tomar el rol de Jacob Lee, se trata de un transportista de carga independiente del futuro que tiene un pasado algo complicado, terminará por tener un accidente y se estrellará en la luna congelada de Júpiter. Luego de esto, será secuestrado por el jefe de seguridad, el Capitán Ferris. De esta manera, Jacob terminará atrapado en la inhumana Prisión de Hierro Negro.
Con el avance de la trama, un misterioso brote viral hace que todos los que están dentro muten, transformándolos en monstruos llamados Biophages. Organizando un escape con otros prisioneros, entre los que se incluye el misterioso activista anticorporativo Dani Nakamura; Jacob tendrá que explorar la Prisión de Hierro Negro y las profundidades más bajas de la luna para encontrar respuestas sobre lo que ha ocurrido y escapar de este lugar con vida.
Desde un comienzo, y a pesar de lo grotesco y exagerado que resulta la ambientación de terror, podemos apreciar una sensación de realismo sobre su historia y las imágenes que vamos viendo. Evidentemente, esto se trata de un videojuego de ciencia ficción que no intenta ser otra cosa. Sin embargo, el título juega de manera tan directa con su alarmante visión de un futuro que salió mal, lo que termina por regalarnos un entorno repleto de posibilidades. A esto le sumamos los enigmáticos diálogos, poca ligereza, una narrativa que se mantiene por lo alto y la atmósfera sombría del juego.
Estamos hablando de un juego cinemático que mantiene su historia, con un ritmo y estructura ajustados, en donde el enfoque va hacia la horrible experiencia que está viviendo Jacob mientras pasa por diferentes situaciones, encuentros y eventos de manera lineal, generalmente.
Siempre estaremos viendo los eventos desde la perspectiva del mismo Jacob. No podemos dejar de lado las actuaciones del elenco principal que nos dejan entender en todo momento el sentido de urgencia, desesperación y el tono de oscuridad. La historia nos regala varios giros moderados que son de agradecer, aunque no se aleja demasiado de su idea principal y en 12 horas, podremos finalizar esta propuesta de terror imperdible.
Un diseño magnificó en una obra de terror abrumadora
Lo que realmente hace que The Callisto Protocol sea lo que es, es su entorno y diseño de sonido. Evidentemente, en esta clase de juegos, la presentación es fundamental para establecer un estado anímico. A esto debemos sumarle los detalles que por separado parecen mínimos, pero qué juntos logran crear un tapiz de supervivencia y terror impresionantemente efectivo, algo que por lo menos nosotros, hacía tiempo, no veíamos.
Cuando vemos el diseño de los escenarios, la fotografía en general y el sonido, todo trabajando en conjunto, es cuando nos encontramos con una sensación de terror e inquietud que no nos soltara hasta que terminemos nuestra partida. Por ejemplo, en una parte de la historia, tuvimos que explorar un apartado de la prisión mientras que la electricidad fluctuaba, lo que crea pequeños momentos de oscuridad en donde nuestros enemigos se podían mover sin ser vistos. Evidentemente, el simple hecho de intentar mantenerse al tanto de dónde se encontraban estos seres horripilantes, ya nos hacía poner muy nerviosos.
Al principio podemos llegar a ver grandes similitudes entre la Prisión de Hierro Negro (Black Iron Prision) y el USG Ishimura de Dead Space. Sin embargo, a medida que vamos avanzando logramos ver cómo logra expandirse y tomar personalidad, presentando un paisaje lunar exterior congelado y unas profundidades sumamente oscuras. Gracias a una progresión lineal y un ritmo ajustado, estaremos siempre a ritmo. Igualmente, podemos investigar y aventurarnos a explorar una que otra habitación oscura en donde nos esperan sorpresas.
El diseño ambiental nos presenta un tono aterrador; aunque en algunas ocasiones nos encontramos con cosas cursis del mundo del videojuego de terror. Muchos de estos sustos de salto son sumamente efectivos, el juego se repite en varios trucos que ya no terminan sorprendiendo de ninguna forma. Entonces, terminan por sentirse como momentos superficiales de “te atrape”. Pero no debemos dejarnos engañar por estos pequeños momentos; a pesar de todo, el título logra entregar un enfoque único y excepcional, con una narrativa de terror bien trabajada y una ambientación que es simplemente brutal.
Sobrevivir es lo único que importa
Algo que nos llama poderosamente la atención, es cómo funciona el juego para estar sacándonos constantemente de nuestra zona de confort. Apenas comenzamos el juego tendremos un tubo de plomo y nuestros enemigos, no tenemos manera de escapar. Vamos a tener que aprender a sobrevivir en esta carnicería de terror si queremos seguir adelante. Es una apertura del juego que destaca la gran acción y agresión que aumentarán a medida que profundicemos en su trama.
Lograr enfrentarnos a las hordas de biófagos (supongo que será algo así en español) que no paran de aparecer mientras que intentamos mantener nuestra salud y los pocos recursos de los que disponemos al día, es una tarea complicada.
Jacob también cuenta con varias habilidades y un arsenal que se irá ampliando poco a poco. No únicamente tendremos los ataques cuerpo a cuerpo y las armas de fuego estándar, también encontraremos un dispositivo telequinético llamado GRP. Tenemos varias opciones para realizar asesinatos sigilosos, aunque el combate directo, no se puede evitar para siempre.
La otra mecánica interesante que nos encontramos es la clásica esquivar. Algo que es fundamental para poder disfrutar de combates más dinámicos y contraatacar cuando es debido. Sin dudas, termina siendo satisfactorio lograr asestar un buen golpe a un Biophages luego de lograr esquivar sus ataques.
El sentido del peligro y la progresión
Uno de los grandes problemas de todos los juegos de supervivencia es cómo manejan el sentido del peligro cuando ya tenemos suficientes armas y recursos. En The Callisto Protocol, incluso con todas las armas disponibles y armaduras adicionales, los enemigos pueden liquidarnos si nos toman por sorpresa. Algo que nunca te permite sentirte seguro ni tampoco cómodo.
Por otro lado, el ritmo de combate es implacable, en algunas ocasiones, abrumador. La mayoría de encuentros fueron positivos para la jugabilidad; aunque algunos otros eran, por lo menos a nuestro entender, demasiado largos. Dar un paso en falso puede llevar a una seguidilla de fracasos, lo que tener que enfrentarse a encuentros prolongados, termina volviéndolo agotador.
Al principio las multitudes de enemigos no son complicadas de controlar. Sin embargo, a medida que avanza la historia y nos adentramos en la prisión, nos encontraremos con variaciones de estos que serán más temibles y necesitan más esfuerzo para eliminarlos. Esto incluye mutaciones, en donde un Biophage es capaz de cambiar a una forma más poderosa mientras está peleando, por ejemplo. Lo que generará una sensación de urgencia para terminar la pelea antes que esto suceda.
Si a esto le sumamos los enemigos extras que nos golpean a larga distancia o que corren para dar golpes rápidos, nos encontramos con que la velocidad de movimiento del protagonista no logra siempre seguir el ritmo del combate. Uno de los encuentros, con un Biophage de élite que es capaz de eliminarnos de un simple golpe, será una de las cosas que más te frustrará. Y créenos, cuando llegues a este punto, sabrás a qué nos estamos refiriendo exactamente.
Por suerte, estos encuentros no es algo que ocurre demasiado seguido. Aunque cuando nos los cruzamos, nos da la sensación de que nos estamos topando con una pared de progreso.
Una sensación de novedad para el terror
Dejando de lado sus pequeñas fallas, algo que es inevitable dependiendo del punto de vista. Podemos decir completamente seguros de que disfrutamos demasiado del combate y esa sensación de tensión constante. Nos encontramos con un título de terror y supervivencia que nos lleva a mantener una actitud más ofensiva y que logra mantener el equilibrio entre momentos en donde nos sentiremos poderoso y otros humillados.
Entonces, lo que más podemos destacar, es esa sensación de terror en cada minuto que nos mantenemos enganchados a la pantalla. A medida que la historia progresa, la cantidad de sustos y acción a la que nos veremos expuestos, no parará de crecer. Al terminar la historia y a pesar de que deja un pequeño espacio a una secuela, cierra muy bien la trama de esta entrega y nos deja con muchas ganas de ¡Quiero más!