- Todos los avances de Internet nos afectan, por la utilización constante que hacemos de las redes
- La Web3 se basa en la forma en la que controlamos Internet y los servicios descentralizados
- ¿Cómo es el paso de la Web2 a la Web3 en varios de los programas que solemos usar?
Aunque muchos usuarios no lo saben, estamos experimentando el histórico e inevitable paso de la Web2 a la Web3. Es un asunto del que nos hemos ocupado mucho, porque la mayoría de las personas no están totalmente al tanto del enorme potencial que tiene esta tecnología. Pero, ¿estamos ante una evolución o una revolución?
Ésta es una de las primeras preguntas que debemos hacernos al respecto, ya que la utilización de Internet excede ampliamente a la de cualquier otro sistema similar así que, como es de esperarse, sus avances nos afectan.
Analicemos algunas de las cuestiones indispensables a conocer para poder llegar a alguna conclusión cierta.
¿Es sólo blockchain? ¿Qué pasa con las criptos?
Si bien la Web3 tiene algo que ver con las cadenas de bloques, no podemos limitarla o resumirla únicamente a ello. Se trata, según sus desarrolladores, de la forma en la que controlamos Internet y los servicios descentralizados. Eso sí, blockchain es una de las herramientas que permitirán implementar estos nuevos escenarios de la Web3.
De hecho, los intercambios de cifrado centralizados no son parte de la Web3 porque los usuarios no tendrán claves privadas para las billeteras. Así que es como cualquier otra aplicación descentralizada… o banco tradicional.
Como parte del entorno, puedes pedir al resto de sus integrantes que te permitan retirar o transferir tu dinero. Afortunadamente, no habrá nadie específico a cargo de él, que pueda bloquear tus transferencias si lo desea.
Los programas clásicos y su adaptación
Twitter, ¿un ejemplo de la Web2?
Desde su compra por parte de Elon Musk, mucho se dice y se escribe de Twitter, y hay quienes ven esta red social como uno de los mejores ejemplos de la Web2, la que estamos dejando atrás en favor de la novedosa Web3.
No obstante, estamos viendo cómo su nuevo propietario y uno de los hombres más ricos del mundo parece intentar convertir a Twitter en una de las primeras plataformas en pasar de la Web2 a la Web3, algo que evidencia cuando publica encuestas para saber qué piensa el público sobre cómo debería dirigirse la red social.
La mayoría de los profesionales en el tema afirman que todo lo que es Web2 pasará a ser Web3… o morirá. Queda claro que no necesariamente hace falta una cadena de bloques para interactuar y ganar la confianza ajena.
Las diferencias entre Chrome y Brave
Otra muestra se da en los navegadores, donde las soluciones Web2 como Chrome conviven con las Web3. Puede que hoy en día nadie elija su navegador porque presta atención a las necesidades de los usuarios, pero indudablemente eso sí pasará en el futuro, y por eso cada vez más gente utiliza Brave en lugar de Chrome.
Brave tiene una billetera criptográfica multicadena que puedes usar sin ninguna extensión instalada. Impensado para los que siguen usando Chrome en su día a día, ese es el futuro de los navegadores.
Sumado a eso, IPFS, se integra con DApps y mucho más, así que si quieres tener un primer acercamiento real a todo lo que supondrá la Web3, al menos en materia de navegadores, Brave es una atractiva forma de hacerlo.
¿Tendremos que instruirnos al respecto?
Aún es bastante difícil para algunas personas utilizar aplicaciones descentralizadas sin una formación previa. Pero en poco tiempo ni siquiera nos importará cómo es el paso de la Web2 a la Web3 más allá de lo que notamos. Dejaremos de interesarnos por los procesos que se desarrollan en segundo plano porque no nos interesarán.
Piensa en lo complicado que era revisar tu Bandeja de entrada del cliente de correo electrónico hasta hace años. Gracias a la optimización de estos servicios, hoy bastante con pulsar una notificación o el icono de una aplicación. Prácticamente todo se da en segundo plano y la verdad es que no nos preguntamos cómo pasan las cosas.
Es decir, no será un requisito que sepas cómo funciona el blockchain, sino sólo sus aplicaciones prácticas.
Una buena representación es la de los millones de conductores que conducen coches sin saber cómo funcionan. Permanentemente sus motores evolucionan y de vez en cuando -como los coches eléctricos– se revolucionan. Mientras nosotros experimentamos sólo la evolución, a veces hay revoluciones que no se perciben.
Seguramente esa es la mejor forma de explicar el paso de la Web2 a la Web3 y su trascendencia.