Los fabricantes de chips de Corea del Sur se encuentran en una situación bastante complicada gracias a esta guerra de chips entre EEUU y China. El mismo presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeal, califico este conflicto como una “Guerra” que ha evolucionado de una manera que nadie esperaba.
Este conflicto se está llevando a cabo entre Estados Unidos y China, aunque podemos encontrar varios países que se encuentran implicados en este. Y Corea del Sur es justamente uno de estos y las empresas surcoreanas ya se habían mostrado en contra de las medidas tomadas por el gobierno de Biden.
Se encuentran en una posición bastante complicada, debido a que la tecnología que usan Samsung y SK Hynix es uno de sus principales fabricantes de chips y dependen de varias patentes de Estados Unidos. Esto le da la posibilidad a EEUU de poder controlar su uso.
Pero nos encontramos con otro detalle importante y es que casi la mitad de los semiconductores que fabrican los surcoreanos van para China. Esto quiere decir que el país llevado adelante por Yoon Suk Yeol, no puede dejar de lado al país que más dinero ingresa al suyo. Básicamente, si tenemos un buen cliente que representa casi el 50% de tus ingresos, no quieres que deje de serlo ¿Cierto?
Esta situación los posiciona en un lugar para nada envidiable. Por un lado, tienen que acatar lo que dice Estados Unidos. Sin embargo, tampoco pueden dejar de lado China, ya que significa una cantidad de dinero muy considerable.
La Guerra de chips entre EEUU y China, deja a Corea del Sur en una situación poco envidiable
Veamos, Samsung cuenta con una fábrica que se especializa en la fabricación de circuitos integrados y es uno de los mayores productores de chips de memoria NAND del planeta. China es, por mucho, el mejor cliente que tiene.
Por otro lado, la compañía surcoreana cuenta con varias fábricas en China (Tianjín, Xian, Suzhou y Shaanxi, etc.) Aunque durante este último periodo, Estados Unidos comenzó a aumentar las sanciones para la producción de semiconductores.
Una muestra de las intenciones del país administrado por Biden que pretende frenar el desarrollo tecnológico de China. Esto se traduce en una enorme pared para otros países como Corea del Sur, incluso Japón, que no pueden vender sus productos a cualquiera empresa China.
Pero el problema va un poco más lejos, debido a que este bloqueo no es únicamente para las compañías chinas, también afecta a todas las que tengan una fábrica en el país. En la actualidad, Samsung cuenta con una exención de un año, lo que le permite llevar a cabo sus actividades sin problema y sin requerir una licencia. No obstante, dicho permiso expira a finales de 2023.
En el caso de Corea del Sur, la situación está demasiado complicada. Necesitan seguir vendiendo sus productos en China, es su mayor cliente con diferencia. Pero el problema en el que se encuentran puede acabar por complicar la economía del país y de todos sus ciudadanos de una forma que será muy difícil recuperarse.