El Parlamento Europeo y el Consejo tomaron la decisión de que se hiciera efectiva la nueva Ley de Datos. De esta manera, en Europa, las empresas van a tener que compartir sus datos, debido a que esta legislación, que se añadirá al RGPD, busca terminar con la exclusividad de la información.
Gracias a esta nueva ley, los usuarios van a poder llevar sus datos de una empresa a otra. Un claro ejemplo sería para algún servicio donde deseamos reparar un controlador de PS4, por ejemplo. En caso de que no deseemos llevarla a un servicio oficial, gracias a esta ley, la empresa está obligada a ceder cualquier dato que haga falta y sea solicitado sobre dicho dispositivo.
Haciendo todo lo posible para que las grandes empresas no intenten esquivar esta ley, se establece diferentes obligaciones para realizar contratos justos que no pongan cláusulas abusivas.
Las empresas van a tener que compartir sus datos
También tenemos la posibilidad de llevar nuestros datos a un tercero. Adicionalmente, los organismos públicos también pueden solicitar diferentes datos que crean necesarios. Aunque en este último caso solo se podrá en situaciones de emergencia o cuando exista una orden judicial.
Por lo que podemos entender gracias a una explicación realizada por el Consejo de Europa. La Ley de Datos cubre a dispositivos conectados, pasando por productos del hogar, hasta maquinaria industrial.
El gran inconveniente que tenemos detrás de esta clase de reglamentos, es que se cumplan. Aunque en un extracto del texto dice: “La compensación acordada entre un titular de datos y un destinatario de datos por hacer que dichos datos se encuentren disponibles, será razonable”. Justo en este lugar es donde las empresas podrían decir “Hey, esto no está bien para mi negocio”.
Aunque evidentemente, se añadió un apartado en donde se asegura un cierto nivel de protección para los secretos comerciales y derechos de propiedad intelectual. La idea aquí es intentar que el acceso de los usuarios a dichos datos no sea contraproducente con las empresas.
Ya existe un acuerdo de cómo debería ser la Ley de Datos, lo que hace falta ahora es terminar el texto legal para poder aprobarlo. Una vez que esto suceda, tendremos que esperar 20 meses para que entre en acción. Esto quiere decir que las empresas tendrán un poco menos de dos años para poder adaptarse a los cambios que vendrán, tiempo más que suficiente.