- Históricamente, la salud de las mujeres ha sido poco investigada, subfinanciada y subdesarrollada
- Hoy en día hay muchas iniciativas centradas en su calidad de vida actual y futura pero, ¿cómo?
Si algo tenemos que exigirle a las nuevas tecnologías, es que sean capaces de mejorar el bienestar de las personas. Existen diversas muestras de cómo un avance puede ayudarnos a vivir mejor, y en los últimos años han proliferado proyectos de startups y médicos que se han unido por la salud femenina. ¿Cuáles son más interesantes?
Ésta es una pregunta que probablemente deberías hacerte tarde o temprano, sobre todo considerando que durante largo tiempo las mujeres fueron dejadas de lado y se les negó el progreso que aprovechaban los hombres. Pero las cosas han cambiado. Hoy en día hay muchas iniciativas centradas en su calidad de vida actual y futura.
Breve repaso histórico
La salud de las mujeres ha sido poco investigada, subfinanciada y subdesarrollada. En eso hay gran coincidencia. Históricamente, la investigación de los problemas de salud de las mujeres tuvo como prioridad el nivel de letalidad (cáncer) y la propagación de la especie (fertilidad). No obstante, no siempre se prestó atención a la calidad de vida.
La complicada relación entre médicos y fundadores del sector de la salud femenina no es algo nuevo, en efecto. Recién hace 30 años, en 1993, las mujeres fueron incluidas en los ensayos de los Institutos Nacionales de Salud norteamericanos, lo que demuestra que se le ha tenido menos en cuenta de lo que corresponde para este género.
Un buen ejemplo es el de los anticonceptivos. Durante años, ante cualquier problema hormonal sexual de la mujer, ésta seguramente recibía anticonceptivos para tratarlos. Es impensado que haya un remedio común para todos. Aunque este remedio significó un avance en su día, luego se abusó de él y se prescindió de más pruebas.
Por otro lado, las estimaciones más recientes indican que un 43% de las mujeres sufren inconvenientes sexuales. Teniendo en cuenta que representan el 51% de la población mundial, uno creería que hay programas en marcha orientados a darles una solución. Y los hay, sí, pero menos que los destinados a la disfunción sexual masculina.
El factor social
Y está el factor social por el que se suele esperar que, frente a molestias o dolores, la mujer sonría y lo soporte. Muchos de nosotros crecimos con la creencia de que ciertos problemas de salud que les afectaban no tenían solución alguna cuando, a poco de investigar, la ciencia ha dejado en claro que sí pueden ser prevenidos o combatidos.
Hay preguntas que se hacen la mayoría de ellas, y casi nunca reciben una respuesta a la altura de las circunstancias. «¿Cuántos años me quedan para tener un bebé? o «¿Por qué el sexo me resulta poco disfrutable?» merecen alguna consideración más que una contestación ligera de un médico al pasar. Por suerte, de nuevo, eso está cambiando.
La solución impulsada por el paciente…
Cientos de nuevas startups de salud femenina han surgido en respuesta a la creciente frustración de esas mujeres. Existe una clara necesidad del mercado de estas soluciones. Si la medicina no las aborda y los seguros no las pagan, entonces el mercado privado lo hará. Desde atención psicológica hasta suplementos nutricionales.
Ahora bien, la financiación supone un desafío para las nuevas startups dedicadas a la salud de las mujeres. Eliminando el presupuesto en oncología, representa sólo un 1% del financiamiento total del capital de riesgo. Presupuestos tan ajustados como éstos dificultan, aún, el desarrollo de nuevas tecnologías para ellas.
… y la solución colaborativa
A estas alturas, es de esperarse que los médicos y las mujeres acaben encontrándose en un punto intermedio. Completamente roto el sistema actual, hay que cambiar el camino a seguir. Y todo apunta en la misma dirección.
Las nuevas firmas de salud femenina deben contratar profesionales médicos calificados desde el inicio de su idea. Esto debe ser regular y continuo, no sólo como un asesor ad hoc ocasional que se retire al transcurrir el tiempo.
La buena noticia es que los hospitales académicos están siendo testigos de una nueva generación de doctores, muchos de ellos mujeres es cierto, que muestran un interés particular por los avances de la medicina femenina.
Estos mismos doctores deben interpretar el mundo de las nuevas startups y la innovación para que esto tenga éxito. Hará falta un cambio de mentalidad para los más anticuados, reacios a volcarse a una salud más «feminizada».
Debemos reflexionar, como sociedad, sobre la evolución de una medicina paternalista, en el que los médicos decían a los pacientes qué hacer y ellos lo hacían, a una de toma de decisiones compartida. Una instancia superadora.
Conclusión
Una cuestión no menor es que ese mismo sistema que le falló a las mujeres les ha fallado a los médicos. Conscientes de que están trabajando por los mismos objetivos, las demandas de ambos grupos confluirán inevitablemente. Si los médicos abren sus mentes y ellas insisten en sus reclamos, progresarán juntos.
¿Estás de acuerdo en que la unión de startups y médicos podría mejorar definitivamente la salud femenina?