A finales de enero, todos los ojos estarán puestos en la Reserva Federal, pero con la expectativa de que no habrá grandes cambios en las tasas de interés. En un contexto de datos de empleo no tan alentadores, las declaraciones de Powell cobraron una importancia especial.
Hablemos de números: se anunció la inflación general en Estados Unidos y sube hasta un 3,4%, ligeramente por encima de la expectativa del 3,2%. Pero la verdadera sorpresa vino de la inflación subyacente, que se anunció en un 3,9%, por debajo del 4% esperado.
Esto podría sonar como algo bueno a primera vista, pero hay más en la historia. La inflación subyacente, que excluye los precios volátiles de alimentos y energía, muestra una tendencia a la baja, algo positivo para la economía. Sin embargo, el aumento general de la inflación aún genera preocupaciones.
¿Qué significa esto para los futuros de la Fed y las tasas de interés?
Desde principios de año, los inversores han estado jugando a adivinar qué hará la Reserva Federal con las tasas de interés. A pesar de que los precios de los futuros indican una expectativa de una relajación monetaria de hasta 140 puntos básicos, la Reserva Federal parece tener otras ideas, proyectando solo 75 puntos básicos de recortes.
Para agregar más contexto, John Williams, presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, mencionó que aún es prematuro hablar de recortes de tasas. Su argumento se centra en que aún queda camino por recorrer para alcanzar el objetivo de inflación del 2%.
Con estos datos en mano, la Reserva Federal podría tener más razones para mantener las tasas estables en lugar de optar por recortes. Esto podría significar un panorama económico más estable a corto plazo, pero también deja abierta la pregunta de qué medidas se tomarán para abordar la inflación persistente.
Imagen destacada: Teresa Hernández – generada con IA