En una noticia que conmovió al mundo, el año pasado una pareja de Hawaii fue condenada por vivir durante décadas bajo la identidad de bebés muertos décadas atrás. En tiempos tan tecnológicos como los actuales, ese tipo de fraudes podrían sorprendernos, pero lo cierto es que robar el nombre y los datos personales no es tan difícil. Afortunadamente ya somos conscientes de que la usurpación es uno de los delitos informáticos más comunes que existen por lo que, si te preocupa el fenómeno, aquí tienes los pasos para proteger a tu hijo del robo de identidad.
El caso es que los delincuentes parecen tener pocos códigos y menos vergüenza. Sólo el año pasado en los EE.UU., el 2% de los robo de identidad reportados a la Comisión Federal de Comercio involucraban a menores de edad. Concretamente, niños y jóvenes de 19 años o menos. Y a eso hay que sumarle todos los delitos que no son denunciados porque simplemente sus padres no están al tanto de la situación. Esto podría ser peligroso.
Es que existe el riesgo de que, una vez que los ladrones obtienen información como el número de Seguridad Social del menor, y lo combinan con su nombre, dirección y fecha de nacimiento, puedan hacer comprar en Internet con extensiones de tarjetas de crédito de sus padres o, peor aún, solicitar un préstamo online y gastar el dinero.
Aunque casi todo esto tiene solución, mancharán la reputación de tu hijo -y la tuya- por un largo tiempo.
3 claves para proteger a tu hijo de un robo de identidad
Congela el crédito de tu hijo
Si echamos un vistazo a los ataques, vamos a observar que la mayoría de los delincuentes lo que buscan es dinero. Por tanto, si tu hijo no tiene acceso a grandes cantidades de dinero, ni directa ni indirectamente, no sólo será menos probable que se lo quiten: es menos probable que lo ataquen. Como padre preocupado, a eso deberías aspirar.
Lo cierto es que ningún niño le hace falta un informe crediticio hasta que sea un adulto, por lo que aunque cada vez hay más herramientas para que los menores de edad puedan ser «independientes» financieramente y manejar unas cantidades de dinero que jamás hubiéramos soñado cuando éramos niños, lo mejor es que congeles el crédito que tienen tus hijos en sus tarjetas, apps bancarias, etc. Pídele a las entidades que podrían prestar dinero a tu hijo, en alguna situación excepcional, que se lo nieguen a menos que tú mismo gestiones un préstamo para él.
Si tus hijos buscan ganar dinero en Internet, debes asegurarte de que esos sistemas sean totalmente confiables.
Protege su información
Te invito a hacer un ejercicio. Escribe el nombre de tu niño y su DNI en Internet 🔎 y espera a ver los resultados. Probablemente notarás, horrorizado, como hay mucha más información de tus niños en Internet de la que creías. Sobre todo, claro, si has llegado a la conclusión de que el niño debe tener un móvil por su edad y ya sube fotos, vídeos y otros contenidos por sus propios medios. Todo lo que comparte quedará en la web. Es inevitable.
Hasta que tenga su propio móvil, sin embargo, la información que aparezca en la web sobre él dependerá sólo de ti. Evita subir demasiadas fotografías del niño a lo largo de sus primeros años de vida, y no compartas ningún dato ni documento personal en las redes. No importa qué tan feliz seas con sus calificaciones escolares o sus resultados deportivos. Recuerda que allí afuera hay piratas informáticos que están esperando que compartas ese contenido.
Las apps de control parental pueden ser de ayuda para conocer con quién se comunica y qué cosas comparte.
Enséñale a tu hijo cómo actúan los ladrones
A pesar de que la Generación Alfa, los niños de 14 años o menos, puedan estar creciendo de la mano con Internet, eso no significa que tengan el criterio tan agudo de un adulto. Tienen menos «olfato» para identificar o detectar eventuales ataques como por ejemplo los ataques de phishing a través de correos electrónicos urgentes.
Tienes que explicarle a tu hijo que, ante la duda, debes desconfiar de los desconocidos o mensajes cuya procedencia no tenga del todo en claro. Si alguien le hace preguntas personas en las redes sociales o chats de videojuegos debe plantearse cuál es el interés de ese extraño. Lo mismo con los supuestos cuestionarios de «personalidad» que no tienen sustento científico alguno sino que intentan robar los datos personales engañando a los imprudentes.
Entregar cualquier información a «curiosos» en línea es una pésima idea y deberían saberlo.
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