En los últimos años, ninguna corporación automovilística ha sido capaz de protagonizar tantos titulares como Tesla. Pero el mayor fabricante de coches eléctricos parece encontrarse en medio de una transición que podría resultar definitoria. ¿Qué dicen los expertos sobre el futuro de Tesla y qué medidas ha tomado Elon Musk al respecto?
Tiempo más, tiempo menos, hace casi una década que podemos comprar los vehículos eléctricos de Tesla. Parece que siempre hubieran estado allí, pero sus fundadores originales fueron los primeros en darse cuenta de que las mismas celdas de iones de litio que utilizan los portátiles serían suficientes para alimentar un coche eléctrico.
Sin embargo, en los meses más recientes el panorama ha cambiado. Las ventas de eléctricos han bajado, ya que el público no está tan interesado en usar estos vehículos como imaginábamos, y sus coches apenas son rentables. Y sumado a eso la competencia que viene de China, con modelos como el Xiaomi SU7, es cada vez más fuerte.
Esto ha hecho que los principales ejecutivos de Tesla se planteen seriamente cuál debe ser el futuro de la empresa.
¿Qué está pasando con la compañía líder en coches eléctricos?
A pesar de las diversas críticas que se le pueden hacer, sin ir más lejos en relación a la transformación de Twitter desde que se hizo cargo de la red ahora llamada «X». Musk ha llevado a Tesla a un éxito abrumador en su sector. Durante años ha sido el fabricante que más ha vendido, al punto de lograr que miles de consumidores reserven vehículos que no entrarían en producción sino hasta varios meses más tarde, invirtiendo 1.000 dólares en ello.
Por supuesto que no todo era color de rosa. Ya para el año 2018, uno de cada cinco clientes reclamaba una devolución de su dinero porque los plazos no se habían cumplido. Aún así, la mayoría estaban satisfechos.
No obstante, ese escenario de bonanza ha acabado. Las automotrices de los Estados Unidos, Europa y China, sobre todo China, amenazan el reinado de Tesla como nunca antes. Eso ha causado un recorte de precios que reduce notablemente sus márgenes de ganancias a apenas un 5,5% del precio de los vehículos eléctricos. Si consideramos que durante 2023 el promedio de ganancias fue del 8,9% del precio, este recorte es indudable.
Para no dejar de ganar tanto dinero, el objetivo de Tesla ha sido abaratar el proceso de construcción de sus coches. Podemos observarlo si le damos un pantallazo general a sus características: las señales de giro que solían ser palancas son botones capacitivos en el volante, y ha abandonado el radar y los sensores ultrasónicos.
La seguridad no era uno de los mayores problemas de los vehículos eléctricos. Al menos no hasta el momento…
Quizás esto es lo más grave: al depender únicamente de las cámaras ópticas, los accidentes se multiplicaron. Incluso, los llamados de unidades a retirar del mercado han crecido de una forma inédita en su trayectoria.
Artículos como éste vinculan a los coches de Tesla con numerosos accidentes y al menos 13 muertes.
El futuro de Tesla, ¿realmente en jaque?
En este contexto incierto, los días vienen siendo extraños para Tesla. Musk redujo la plantilla en un 10%, despidiendo a algunos ejecutivos importantes como los encargados de «la joya de la corona»: la red Supercharger. Otro ilustre integrante del equipo que desapareció fue el hombre a cargo de los nuevos vehículos. Algo raro, recordando rápidamente que Tesla debería trabajar en las plataformas de segunda generación de los modelos 3 e Y.
Por otro lado, la idea de bajar costos de producción a través del Gigacasting (una solución que pretende crear, mediante la fundición y la alta presión, una sola pieza de gran tamaño que constituya todo el chasis del vehículo), parece haber sido eliminada de la planificación de Tesla a corto plazo. ¡Todo es una gran incógnita 😟!
Las próximas semanas serán decisivas para saber si Tesla continúa esforzándose en la red Supercharger o si destina sus recursos a otros proyectos. Desde la firma han dejado entrever que la red crecerá, pero «a un ritmo más lento».
Muchos sospechan que los movimientos internos no tienen tanto que ver con ineficiencias en la contratación o reestructuración, sino más bien con Musk mostrando cómo aún puede ejercer su influencia en la compañía.