La soledad se ha convertido en un problema común y silencioso. Aunque a través de las redes sociales estamos más conectados que nunca, muchas personas sienten una profunda desconexión emocional. Numerosos estudios muestran que una gran parte de la población sufre de soledad crónica, una condición que no solo causa tristeza, sino que también tiene graves consecuencias para la salud pública. La soledad está relacionada con problemas de salud física y mental similares a los efectos dañinos de fumar o la obesidad. Este problema afecta a personas de todas las edades, pero especialmente a los ancianos y a los jóvenes adultos.
La soledad puede iniciar un ciclo negativo: el aislamiento reduce la autoestima, lo que dificulta la interacción social, perpetuando el aislamiento. Esta espiral descendente daña el bienestar emocional y aumenta el riesgo de enfermedades del corazón, depresión y ansiedad. Frente a esta crisis, surge la pregunta de si la inteligencia artificial (IA) podría ser la cura.
La inteligencia artificial como cura a la soledad
Tony Prescott, profesor de robótica cognitiva en la Universidad de Sheffield, propone en su nuevo libro que la IA podría ayudar a reducir el aislamiento. Al igual que las mascotas ofrecen compañía y las muñecas permiten a los niños practicar habilidades sociales, los sistemas de IA podrían proporcionar un espacio seguro para la socialización de los adultos.
A través de conversaciones simuladas e interactivas, las personas pueden mejorar su capacidad de comunicarse y relacionarse con los demás. Esto puede reducir la soledad y enseñar a la gente a interactuar más efectivamente en el mundo real.
No obstante, la idea de relaciones entre humanos y máquinas no está exenta de controversia, como en . Críticos como Sherry Turkle advierten que depender de la tecnología para la compañía podría deteriorar la calidad de las genuinas relaciones humanas. A pesar de estas preocupaciones, la gravedad de la crisis de soledad nos obliga a buscar e investigar todas las soluciones posibles, incluida la IA.
Retos y consideraciones éticas
Al mismo tiempo, también plantea cuestiones éticas y morales. Murali Doraiswamy, experto en neurociencia, enfatiza la necesidad de desarrollar sistemas de IA éticos y confiables que respeten la privacidad y la dignidad de los usuarios. El equilibrio entre el avance tecnológico y la responsabilidad ética es delicado y debe ser manejado con cuidado.
El desarrollo de chatbots más sofisticados y emocionalmente sensibles promete cambiar los límites del compañerismo, pero también plantea preguntas sobre la autenticidad de estas interacciones. ¿Realmente pueden las relaciones con IA satisfacer nuestras necesidades emocionales? ¿Estamos preparados para enfrentar los desafíos éticos y morales que conlleva esta tecnología?
Adopción de la IA: Realidad y perspectivas futuras
A pesar del potencial de la IA para combatir la soledad, aún queda mucho por desarrollar tecnológicamente y su adopción es muy limitada. De hecho, en un reciente estudio del Instituto Reuters y la Universidad de Oxford muestra que, aunque ChatGPT de OpenAI es la herramienta de IA generativa más utilizada, solo una pequeña fracción de la población la usa regularmente. En países como Japón, Francia y el Reino Unido, solo entre el 1% y el 7% de los encuestados usan ChatGPT a diario.
El estudio también destaca que una gran parte de la población ni siquiera ha oído hablar de las más populares herramientas de IA generativa. Además, las personas mayores, que podrían beneficiarse enormemente de estas tecnologías para combatir la soledad, son las que menos las usan. Solo el 16% de las personas de 55 años o más han usado ChatGPT alguna vez, en contraste con el 56% de los jóvenes entre 18 y 24 años.
Este bajo nivel de adopción se debe en parte a la falta de familiaridad con la tecnología y la incertidumbre sobre su impacto en la vida cotidiana. Mientras que los jóvenes y las personas con mayor nivel educativo tienden a ser más optimistas sobre los beneficios de la IA, muchos otros permanecen escépticos y poco informados.
Palabras finales
Sin duda, la inteligencia artificial ofrece una prometedora vía para la cura de la soledad, pero su potencial solo se alcanzará plenamente si se abordan los retos éticos y se fomenta una mayor adopción de la tecnología, donde esto último podría ayudar mucho la robótica. Es preciso educar a la población sobre los beneficios y las aplicaciones de la IA, especialmente entre los grupos más vulnerables como los ancianos.
La compañía de IA podría cambiar la manera en que abordamos la soledad, proporcionando un apoyo constante y accesible -diferente a la película Her, donde Phoenix conoce el amor en una IA incorpórea con la voz de Scarlett Johansson-. Sin embargo, es necesario un enfoque equilibrado que considere tanto los avances tecnológicos como los asuntos éticos y sociales. Solo el tiempo dirá si la IA puede convertirse en un verdadero remedio para la soledad en nuestra sociedad cada vez más digitalizada.