Billetera de Identidad Digital

El grande y complejo proyecto Billetera de Identidad Digital de la UE

La Billetera de Identidad Digital de la Unión Europea (UE) es una iniciativa en desarrollo que pretende unificar y simplificar la gestión de identidades digitales para todos los ciudadanos europeos. Aunque aún no es muy conocida, la iniciativa podría cambiar cómo los europeos interactuamos con servicios públicos y privados. Aparentemente, el objetivo es ofrecer una solución de identidad digital universal y gratuita para todos los ciudadanos de la UE, accesible a través de una aplicación para teléfonos móviles.

La idea es que los ciudadanos podamos descargar una app que nos permita acceder a una variedad de servicios, desde verificaciones de identidad hasta la firma electrónica de documentos, todo desde un mismo lugar. Se espera que los primeros países de la UE emitan estas carteras digitales para finales de 2026 y serán reconocidas en todos los estados miembros, promoviendo así la integración en el Mercado Único Digital. No se trata de desarrollar una única aplicación universal, sino de establecer un marco donde diversas aplicaciones de billetera sean interoperables en toda la UE.

Los ciudadanos podrán usarla para almacenar y compartir credenciales de forma selectiva, facilitando procesos como la verificación de identidad o la demostración de edad tanto online como en el mundo real. Además, servirá como un depósito digital para documentos oficiales como permisos de conducir, recetas médicas, diplomas y pasaportes, entre otros.

También permitirá firmar electrónicamente documentos y otras gestiones y autorizaciones. Por ejemplo, una persona podría compartir su verificado historial de alquileres con un posible arrendador sin revelar su identidad completa, a menos que sea necesario firmar un contrato.

Un proyecto completo

Todo proyecto ambicioso conlleva grandes complejidades. Una identificación digital universal que garantice la privacidad y la autonomía podría incentivar a los ciudadanos a compartir más información, pero para ello, la UE debe de poner en marcha regulaciones que faciliten el intercambio y la reutilización de datos, promoviendo la creación de Espacios Comunes Europeos de Datos

Uno de los argumentos más mencionados para la adopción de la Billetera de Identidad Digital es la preservación de la privacidad. La presidenta de la UE, Ursula von der Leyen, dijo en su discurso sobre el estado de la Unión en 2020 la preocupación por los riesgos para la privacidad derivados del constante requerimiento de datos personales para acceder a servicios en línea. La billetera permitirá el intercambio selectivo de datos, otorgando a los ciudadanos control sobre qué información comparten y con quién.

La seguridad es otro componente a no olvidar. Para que el sistema sea adoptado masivamente, debe ofrecer una robusta protección contra posibles amenazas y garantizar la integridad de los datos de los usuarios. La mala implementación podría resultar en una baja adopción, como ya se ha visto con algunos deficientes sistemas nacionales de identificación electrónica.

Palabras finales

La UE debe asegurarse de que las aplicaciones sean fáciles de usar, seguras y que protejan la privacidad de los usuarios. La competencia con soluciones comerciales ya establecidas, como «Iniciar sesión con Google» de las grandes tecnológicas, añade otra capa de complejidad. La percepción pública y la confianza en la infraestructura de la UE serán aspectos vitales para el éxito del proyecto.

El camino hacia la disponibilidad universal de la Billetera de Identidad Digital ha requerido un extenso trabajo preparatorio y aún quedan varios años de pruebas y desarrollo. El bloque ha establecido un marco legal para las billeteras interoperables y está desarrollando una arquitectura técnica segura junto con estándares y especificaciones comunes. Los proyectos piloto a gran escala están en marcha para probar estas especificaciones.

Aunque se espera que las primeras billeteras estén disponibles en unos pocos años, el acceso universal para los cerca de 450 millones de ciudadanos de la UE no se anticipa hasta 2030.


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