Los vehículos voladores estuvieron al borde de sobrevolar los cielos parisinos el pasado verano con los Juegos Olímpicos, pero, debido a ciertos inconvenientes con las homologaciones, impidieron que sucediera. Pese a este contratiempo, persiste el interés en estos ingenios aéreos, y grandes corporaciones como Toyota y Joby mantienen su apuesta firme para su desarrollo.
Toyota invierte en Joby
El coloso nipón ha desembolsado 500 millones de dólares en Joby, una empresa con sede en California que ya ha ejecutado con éxito pruebas de su taxi aéreo en Nueva York.
Los taxis voladores, conocidos también como vehículos eléctricos de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL), prometen una movilidad más rápida, silenciosa y libre de emisiones perjudiciales. En concreto, Joby ha diseñado un modelo capaz de alcanzar velocidades de hasta 200 millas por hora (unos 320km/h) y de transportar a un piloto junto a cuatro pasajeros. Y, por si eso fuese poco, algunos de estos vehículos están incluso siendo concebidos para funcionar de manera completamente autónoma.
Este vuelo inaugural en una bulliciosa metrópoli da a Joby una posición ventajosa en el desarrollo de este tipo de transporte.
Toyota ha mostrado su interés en Joby desde 2019, y con esta última inversión, su respaldo financiero a la empresa ya asciende a cerca de 900 millones de dólares. Y no se trata únicamente de capital; Toyota también aporta su vasta experiencia en la planificación de procesos, fabricación y diseño de herramientas, colaborando estrechamente con el equipo de Joby para lograr que los taxis voladores cumplan con los estrictos estándares de seguridad y calidad requeridos. De hecho, ambas empresas han formalizado un acuerdo que contempla el suministro por parte de Toyota de componentes de propulsión y accionamiento para los vehículos de Joby.
Además, la compañía ha llegado a un acuerdo con los Emiratos Árabes Unidos para facilitar la operación de estos taxis voladores en Dubái para 2025. También, están colaborando de cerca con Delta Air Lines, una de las aerolíneas más prominentes de Estados Unidos, con la mira puesta en ofrecer estos servicios aéreos «premium» a sus viajeros frecuentes. United Airlines, por su parte, se alió con Archer Aviation, otra empresa de desarrollo de taxis voladores.
Todas estas asociaciones son indicios de que en un futuro cercano las personas podrán trasladarse velozmente entre aeropuertos y núcleos urbanos, con una eficiencia inalcanzable para los métodos actuales.
Obstáculos a superar
Sin embargo, el principal escollo sigue siendo la certificación y los procesos de seguridad, como quedó patente con el fallido intento de vuelo del Volocopter alemán durante los Juegos Olímpicos. Aun así, la competencia no deja de intensificarse. Grandes firmas como Hyundai y XPeng HT Aero también están desarrollando sus propios modelos de taxis aéreos.
El mercado global de servicios de transporte aéreo y terrestre se calcula en unos 500000 millones de dólares, y, según un estudio de McKinsey, más del 20% de las personas que actualmente utilizan servicios terrestres contemplarían la posibilidad de usar taxis voladores en el futuro.
Aunque por el momento los planes se centran en mejorar los desplazamientos entre aeropuertos y centros urbanos, Joby tiene una visión tras comprar Uber Elevate en 2020, queriendo integrar sus taxis aéreos en la plataforma de transporte de Uber.