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La compleja red de sanciones, chips y Huawei

El conflicto entre Huawei, el fabricante taiwanés de semiconductores TSMC y las restricciones comerciales de Estados Unidos revela una serie de maniobras que apuntan a la dificultad de hacer cumplir las sanciones internacionales. A raíz de una investigación de TechInsights, se ha descubierto que Huawei podría haber burlado las restricciones que le impiden acceder a avanzados chips, lo cual pone en evidencia la complejidad de la política tecnológica global y las tensiones comerciales en curso.

TSMC y Huawei

El hallazgo radica en un chip específico, el Ascend 910B, que según el informe de TechInsights fue fabricado por la Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) y apareció en uno de los aceleradores de inteligencia artificial de Huawei. Esto fue suficiente para que TSMC informara al Departamento de Comercio de Estados Unidos, ya que la fabricación de estos chips para Huawei está sujeta a restricciones desde septiembre de 2020, cuando se impusieron sanciones comerciales que impidieron a empresas extranjeras suministrar componentes avanzados a la firma china.

La cadena de eventos comenzó cuando Bloomberg informó sobre la investigación de TechInsights, revelando que el chip de TSMC había llegado a las manos de Huawei, lo que levantó banderas rojas. Aunque Huawei negó haber lanzado el chip Ascend 910B y TSMC afirmó que no ha producido chips para Huawei desde la imposición de las restricciones, las evidencias apuntan lo contrario, lo que llevó a más preguntas sobre cómo la empresa china había conseguido sortear las barreras impuestas por Estados Unidos.

En mayo, Bloomberg también descubrió que Huawei estaba financiando investigaciones secretas en universidades estadounidenses a través de una fundación llamada Optica.

En el contexto de este descubrimiento, TSMC tomó medidas inmediatas al cortar cualquier envío de chips a entidades sospechosas que pudieran estar actuando en nombre de Huawei.

Es preciso recordar que Huawei ha estado bajo un estricto escrutinio desde que Estados Unidos la incluyó en una lista negra comercial en 2020, impidiendo a la compañía acceder a tecnologías para el desarrollo de sus productos, sobre todo chips avanzados necesarios para alimentar sus dispositivos móviles y sus soluciones de inteligencia artificial.

Otros conflictos

Las restricciones se endurecieron aún más este año, con la revocación de licencias que Intel y Qualcomm tenían para suministrar a Huawei. A pesar de ello, Huawei ha buscado alternativas en el mercado local, colaborando con la compañía china Semiconductor Manufacturing International Corporation (SMIC) para el desarrollo de procesadores avanzados, aunque hay dudas sobre si SMIC tiene la capacidad de producción necesaria para satisfacer la demanda de Huawei a gran escala.

Esta batalla por el acceso a la tecnología también ha tenido efectos colaterales en otras empresas. Qualcomm, por ejemplo, ha estado involucrada en una disputa legal con Arm, el gigante británico de semiconductores respaldado por SoftBank. La raíz del conflicto se encuentra en la adquisición por parte de Qualcomm de Nuvia, una empresa que había sido licenciataria de Arm. Según Bloomberg, Qualcomm no obtuvo los permisos necesarios para transferir las licencias de Nuvia tras la compra, lo que resultó en una demanda y la cancelación de las licencias por parte de Arm. Este litigio ha escalado, y si no se llega a un acuerdo en los próximos meses, podría afectar a Qualcomm, ya que la mayoría de sus chips dependen de la tecnología desarrollada bajo la licencia de Arm.


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