A lo largo de 2024, Latinoamérica ha mostrado indicadores de recuperación en la financiación de startups tecnológicas centradas en servicios financieros, más conocidas como fintech. Según datos recientes, las inversiones en este sector ya han alcanzado los 2600 millones de dólares, un 73 % más que en 2023, aunque aún lejos de los picos registrados en 2021 y 2022.
Mike Packer, socio de QED Investors, ya predijo a principios de año que el mercado había tocado su punto más bajo. “Sabía que había muchas operaciones en proceso”, dijo en una entrevista, añadiendo que varios de los proyectos que lograron captar fondos en 2021 están volviendo al ruedo en busca de nuevas rondas.
Mientras que las primeras fintechs de Latinoamérica se enfocaban en consumidores finales, ahora están apareciendo compañías lideradas por expertos profesionales que desarrollan herramientas de infraestructura financiera. Nicolás Szekasy, cofundador de Kaszek Ventures, piensa que este cambio está aportando mayor sofisticación al sector, aunque también dice que América Latina aún tiene mucho camino por delante para alcanzar la madurez financiera que caracteriza a mercados como Estados Unidos o Europa.
Terreno fértil para las fintech de México
No obstante, a pesar del crecimiento aún persisten ciertas limitaciones ya que en gran medida siguen dependiendo de inversores locales, lo que restringe el acceso a capital global. Por ejemplo, México todavía carece de grandes salidas desde la oferta pública inicial de Nubank en 2021. No obstante, la economía mexicana sigue siendo un terreno fértil para la innovación, a pesar de los riesgos asociados a posibles tensiones comerciales con Estados Unidos ahora que Trump es el presidente electo.
Otro ejemplo es el de Solvento, una startup mexicana que pretende cambiar el sector del transporte por carretera mediante modernos servicios financieros. La compañía ha logrado captar 12,5 millones de dólares en su última ronda de financiación y tiene como objetivo triplicar su base de clientes en los próximos años. Su roadmap incluye el desarrollo de nuevos productos como tarjetas de crédito y de combustible para la compra de camiones, además de alianzas con gigantes como Uber Freight.
Aunque es lento el camino hacia una consolidación más amplia, estas señales de dinamismo en Latinoamérica invitan al optimismo. Los inversores confían en que los próximos años traerán nuevas oportunidades para las fintech en LATAM.