Google está en el centro de intensas batallas legales en Canadá y Estados Unidos, donde las autoridades pretenden frenar su monopolio en la publicidad digital y la inteligencia artificial. Estas demandas exponen prácticas que, según los reguladores, han favorecido a la compañía en perjuicio de la competencia y los usuarios.
Acusaciones de Canadá: monopolio de Google en publicidad programática
En Canadá, la Oficina de Competencia ha iniciado una demanda contra Google, acusándola de abusar de su posición dominante en la publicidad web programática. Según la investigación, Google diseñó un sistema donde sus herramientas tienen acceso preferente al inventario publicitario, limitando las oportunidades de sus rivales y restringiendo la capacidad de los anunciantes de negociar en igualdad de condiciones.
Entre las acusaciones vemos:
- Favorecimiento de sus propias herramientas otorgándoles acceso privilegiado al inventario publicitario.
- Restricción de condiciones de negocio al imponer cláusulas que dificultan la colaboración entre sus clientes y plataformas competidoras.
- Manipulación financiera sacrificando ingresos en ciertas operaciones para perjudicar a rivales.
La Oficina de Competencia exige que Google se deshaga de dos de sus tecnologías publicitarias y pague una multa, medidas consideradas para restablecer el equilibrio en el mercado.
Sin embargo, Google ha rechazado estas acusaciones, calificándolas de inexactas y argumentando que el mercado publicitario ofrece muchas opciones a compradores y vendedores. En un comunicado, la empresa afirmó que sus herramientas permiten a empresas de todos los tamaños acceder a nuevos clientes y financiar contenidos en línea.
Paralelismos en Estados Unidos: fragmentar el negocio publicitario
Al mismo tiempo, en Estados Unidos, el Departamento de Justicia toma similares acciones, centradas en el negocio publicitario de Google. Los argumentos finales de este caso se presentaron hace poco, y una decisión podría anunciarse en breve.
Entre las propuestas regulatorias más contundentes se incluye la separación del navegador Chrome, considerado por las autoridades como una herramienta importante en el dominio publicitario de Google. Chrome es utilizado por millones de personas, siendo el número 1, y se describe como un punto de acceso a Internet que refuerza el poder de mercado de la compañía.
Además, con el argumento de que su tecnología en IA podría cambiar el panorama publicitario y de búsquedas, se han propuesto medidas para limitar su expansión en IA:
- Prohibición de adquisiciones y asociaciones en otras empresas de IA.
- Exigir que rompa existentes asociaciones, como la de Anthropic.
- Compartir datos fundamentales como clics y consultas con posibles competidores.
Las restricciones, por un lado, podrían abrir nuevas oportunidades para competidores y fomentar la diversidad en el mercado. Sin embargo, por otro lado, navegadores como Firefox, que depende de acuerdos financieros con Google, podrían verse gravemente afectados.
Pero la empresa ha dicho que estas medidas perjudicarían a usuarios, desarrolladores y pequeñas empresas.
Sin duda, las decisiones que se tomen en los próximos meses afectarán a la empresa y marcarán un precedente en la forma en que las grandes compañías tecnológicas son supervisadas por los gobiernos.