No sé por qué cada vez que leo el nombre de Aya Miyaguchi se me viene a la mente «Tamagotchi». Pero dejando a un lado mis neuras, la susodicha ha anunciado que deja su cargo como Directora Ejecutiva de la Fundación Ethereum (EF) para asumir su nuevo cargo como Presidenta.
Con su nuevo rol en la EF, podrá centrarse en fortalecer las relaciones institucionales y expandir la visión de Ethereum a un nivel más amplio. Aunque dice que su decisión fue tomada hace un año, es ahora cuando ha decidido ejecutarla debido a los últimos debates sobre el rendimiento de la red Ethereum y el valor del mercado de ETH.
Pero estas opiniones encontradas sobre el rendimiento de Ethereum y su mercado no es sinónimo de debilidad sino de fortaleza. Hay que pensar que su abierta estructura fomenta el desacuerdo constructivo, y en estos momentos de incertidumbre es cuando se hace más evidente la guía que lo mantiene en marcha.
Una filosofía central de la Fundación Ethereum es la «sustracción»
Esta filosofía trata de diseñar con intención, eliminando desequilibrios y evitando la centralización. En vez de imponer un control absoluto, la EF trabaja para permitir la diversidad de clientes, promover la interoperabilidad en investigación y desarrollo, y hacer que Ethereum no se convierta en el producto de una única organización.
¿Qué se ha conseguido con esta filosofía?
- Se ha evitado el control directo sobre el desarrollo central para dar espacio a la comunidad en la toma de decisiones técnicas.
- La diversidad de clientes ha sido promovida para evitar dependencias y tener la estabilidad de la red.
- Coordinación en eventos de interoperabilidad permitiendo que los equipos compartan ideas y nuevas visiones.
- Proyectos iniciales, como la abstracción de cuentas y la organización de L2, han sido arrastrados a que crezcan de manera independiente.
- La transición a la prueba de participación demostró que Ethereum puede lograr cambios monumentales sin comprometer sus principios.
Para muchas personas en entornos donde la democracia está fracturada, la descentralización es la única alternativa viable. La Fundación Ethereum no puede llevar esta lucha sola, pero sigue comprometida con defender los valores que permiten que Ethereum sirva a la humanidad.
El nuevo rol de Aya Miyaguchi pretende continuar con esta misión. Y es obvio que la cultura de Ethereum avanza a un ritmo diferente al del mercado de ETH -basta con comparar su rendimiento de este ciclo con el de BTC-, pero es esa solidez la que lo mantiene firme a lo largo del tiempo.