pantallas de proyector

Aspectos a tener en cuenta de las pantallas de proyector para montar tu cine en casa

Si deseas montar un cine en casa, es conveniente tener en cuenta ciertos aspectos de las pantallas de proyector, ya que no basta con determinar su tamaño, sino que conviene contemplar otros factores que inciden en la calidad visual.

Con eso en mente, hay que definir el área destinada a la proyección, la distancia del proyector al área de visualización y la proporción que marcará la imagen.

El cálculo de la distancia es sencillo: basta con multiplicar el tamaño de la pantalla ideal por 3, así estableces la distancia máxima que permite una visualización cómoda. Así, por ejemplo, si se opta por una pantalla de 100 pulgadas, disponer de unos 3 metros de separación asegura una visión amena.

Nota: los proyectores de tiro corto son perfectos cuando se requiere desplegar imágenes de gran tamaño en ambientes con restricciones de área.

Existen diferentes relaciones de aspecto, desde 4:3 hasta 16:9, 2.35:1 o 16:10, pero el más usado en la practica es el 16:9. Es cierto que la relación 2.35:1 es la más apropiada para el cine, sin embargo conlleva un constante ajuste porque generalmente todas las películas vienen concebidas originalmente en 16:9, lo cual puede llegar a ser un verdadero fastidio. De igual forma, las producciones en 4:3 se pueden reproducir en una pantalla configurada en 16:9, ya que la imagen se acomoda dentro del marco.

Materiales de la pantalla y la influencia de la luminosidad en la imagen

La elección del material del que se confecciona la pantalla determina la vivacidad de los colores y la nitidez de cada escena. Lo habitual es una pantalla con una superficie blanca, pero existen alternativas en tonos grises o negros, cada una con peculiaridades que se adaptan a distintas condiciones lumínicas. Una pantalla blanca mate realza los colores y el brillo en ambientes oscuros, siendo aconsejable una ganancia de 1 en combinación con un proyector que dispense cerca de 1000 lúmenes; en entornos con algo de iluminación, la opción de una ganancia un poco mayor, como 1,1 o 1,2, puede resultar acertada.

Tip: es curioso que incluso emplear una sábana blanca pueda servir para calibrar esta elección. Pero eso no significa que se aconseje para un usuario continuo. Lo mismo que no es nada aconsejable usar la pared como pantalla de proyector.

Por el contrario, superficies de tono oscuro se orientan a espacios con más fuentes de luz ambiental, ya que los tonos negros o grises acentúan la profundidad de los colores. No obstante, al absorber parte de la luz, estas opciones demandan proyectores con mayor capacidad lumínica para contrarrestar la reducción en los niveles de blanco.

Además, el ajuste de la ganancia es determinante: un valor de 1 se traduce en la reflexión casi total de la luz, mientras que valores inferiores la atenúan, lo que puede resultar útil si se pretende resaltar la intensidad con dispositivos de menor potencia.


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