Al fin Apple a dado la cara con respecto al asunto de los datos de posicionamiento que descubrieron la semana pasada en la base de datos del iOS y almacenada a su vez junto a la copia de seguridad en el equipo en el que sincronicemos nuestro terminal.
Desde Apple se asegura que no se está espiando a nadie y que todos los datos obtenidos con respecto al posicionamiento, solo sirven para reducir el tiempo necesario para localizar los satélites GPS, de minutos a segundos. La compañía de la manzana afirma que estos datos obtenidos no se tratan en realidad de nuestros movimientos, sino de un cache con los puntos de acceso Wi-Fi y antenas de telefonía con el fin de triangular nuestra posición en aplicaciones como mapas con más rapidez.
Apple se ha comprometido a resolver los problemas en la próxima actualización y ha ofrecido un comunicado con las pertinentes explicaciones, que os ofrecemos en este enlace.
Sin embargo y en mi humilde opinión, hay mil maneras de hacer una misma cosa y es bien sabido, que el dominio de la información siempre ha sido un arma poderosa y según en qué manos esté, puede hacer bien o mal.