Todos los años son medidos los números, a través de estadísticas, de como está la lucha contra la piratería. Ya fueron publicadas las cifras del «Estudio de Piratería 2010» de la Business Software Alliance (BSA) y los números los define como «preocupantes» esta empresa.
La buena noticia es que durante el año 2010 se vendieron 95.000 millones de dólares en software legal y original, pero la mala noticia es que se vendieron también 59.000 millones de dólares de software pirata o ilegal, lo que representa un 14% más de lo que registró la misma empresa con respecto al año 2009. También cabe destacar que ese número de ventas de piratería es casi el doble del registrado en el año 2003.
La razón de esto que plantean en la BSA, es que detectaron una baja en la penetración de computadores en los países desarrollados y un aumento exorbitante en los países en desarrollo, los cuales son los que siempre han tenido un mayor índice de piratería.
Estos números dan como resultado que por cada dólar que entro a los bolsillos de los creadores de software, se perdieron 63 centavos de dólar.
Facil promover el uso de software libre y abierto (que muchas veces es gratuito) , empezando por la propia administracion (cada año se gastan mas de 300 millones de euros de las arcas publicas en licencias a microsoft y otros tantos a otras empresas informaticas americanas en su mayoria), en vez de gastar 0 euros en licencias usando software alternativo como linux para sustituir a windows, libreoffice a office, firefox u otros a i.explorer y un largo sin fin.
La culpa de la gran piratería lo tiene empresas «piratas», como Yokogawa Iberia, que con el disfraz de multinacional «seria» se rie de la propiedad intelectual, utilizando el software pirata para sus oficinas y en instalaciones de sus clientes.
Es a esta clase de empresas a las que tiene que caer todo el peso de la ley, y no contra el indefenso usuario final.