La ingeniería informática está alcanzando niveles tan altos, que hace unos pocos años atrás hubiesemos pensado que todo lo que vemos hoy en día, y todo lo que se planea para futuro, eran cuestión de pura ciencia ficción.
IBM lanzó en febrero pasado a «Watson«, un sistema informático de inteligencia artificial, el cual es capaz de responder a preguntas que son formuladas en lenguaje natural de forma inmediata. Dicho ordenador venció a dos contrincantes humanos en el famoso concurso televisivo Jeopardy, respondiendo y analizando las preguntas poseedoras de un carácter de conocimiento y análisis humano, haciéndolo evidentemente mucho mejor que éstos mismos.
Ahora, IBM se apresta a un nuevo reto, crear y perfeccionar dentro de los próximos diez años el siguiente «Watson», el cual será capaz de emular la mente humana al mismo nivel gracias al equivalente de las 100 mil millones de neuronas que harán posible dicha hazaña. Fondos de 100 millones de dólares han sido asignados al proyecto, (en comunión con la compañía DARPA) el cual no cabe duda que será toda una realidad, ya que a parte de la mencionada emulación de neuronas, la compañía ya posee un chip cognitivo capaz de reproducir 256 nodos neuronales; en cristiano, es capaz de reproducir la inteligencia humana en todo su esplendor. Hablamos de que no es tecnología que se creará, sino que realmente ya existe pero falta perfeccionarla.
Hasta 2022 será la espera para ver en acción al que podría ser el cerebro de los robots del futuro próximo; esperemos no necesitar un Arnold Schwarzenegger, una Sarah y un Jhon Connor para que exterminen el nuevo orden mundial cibernetico.
¿Soñarán algún día los políticos con ovejas eléctricas?
¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Esa es la cuestión que planteó Philip Kindred Dick, haciendo en su día más cromada la mirada del ser humano que se asienta en la rama quebrada de las inquietudes materiales y morales de la tecnología. Dick, se acercó bastante a un futuro más cierto que ficticio. Avanzándose a un mañana que está cerca de ser el hoy de la mirada del ser humano, poniendo su semilla hacia un mañana más tecnológico que de madurez humanista.
Y hasta puede, que en un futuro no muy lejano, la llama alargada de la tecnología alcance una dimensión de influencia política. Ante la aflicción del votante contemporáneo, las incertidumbres del futuro y la poca credibilidad de este sistema actual globalizado ¿Acabaremos votando a Google, a Apple o a cualquier corporación que nos ofrezca más aplicaciones entretenidas que promesas de trapacería?
Políticos “replicantes” o cualquier clon parlanchín bien parido, podrían
Sustituir al orador errante que son los actuales administradores, incapaces de convencer a veces ni a sus propios militantes, que no acaban de satisfacer su curiosidad participativa. Pues no es de descartar, como dice Kindred en su novela, que cada ciudadano recibirá un androide sirviente hecho a medida. De momento vamos tirando con Internet, el ipod y algún que otro multirobot de cocina.
Y como la gente está adicta a las nuevas tecnologías inmateriales de esta sociedad de la información. En un futuro no lejano, igual otros oráculos decidirán el mañana siempre incierto, de liderazgos y guías predicadores en vanos desiertos. Desde el corporativismo ambicioso y calculador puede salir cualquier cosa, sin más factor humano que la ingienería más cafre y grosera nos desee dar, anulando lo filantrópico y el amor al ser humano que anda desorientado y confundido en estos momentos de luz tenue, en este mundo trazado de crisis y trances agresivos de recesión.
Los políticos van a la baja. Pues todo fuera que las Corporaciones funcionales podrían a medio plazo sustituir a los partidos políticos. Viendo todo esto, como algo de política “no biológica”, camino entre la locura y el pragmatismo del juicio fuera del entendimiento. Entre lo artificial y lo natural, entre lo efímero y lo perecedero.
Votar desde la video consola, por sms, por “ipod”, o por cualquier artilugio de última generación podría ser factible y viable a corto plazo. Porque igual, la política acabe siendo sólo una aplicación más de nuestra vida cotidiana. Para acabar sustituyendo pancartas por hologramas de eslogans convincentes en laminados “pixeles”, de persuasión y creencias codificadas dirigidas por códigos binarios poco dados al yerro.
La codicia y la endogamia más fecunda, junto al mercantilismo mísero de la vida, nos han llevado a esta crisis global e integral de este siglo XXI. El siglo que debería de ser el de la definitiva humanización, para acabar de una vez anulando tiranías y autocracias. Y no la de la involución, que es como una detención y retroceso. Para acabar tirando piedras a la figura de Darwing con desprecio infinito y burla socarrona. Porque aquí, Dios, no quiere embalarse por no ser todo esto competencia divina ni celestial. Pues la tecnología, es más omnipresente que cualquier esencia desnuda o dogma que prometa satisfacer por lo sencillo al alma sufrida. Sustituyendo a los partidos por corporaciones, que fueran reemplazados sus candidatos políticos por replicantes de poca sensibilidad aparente y profundamente profílicos. El hedonismo mal entendido ya está enterrado como el barro que se mezcla. La riqueza sin felicidad y el poder adquisitivo del bienestar se secaron en el pozo de las soberbias desmedidas.
Estamos empeñados en ver estrellas más allá de Orión, sin ser capaces de contemplar la ficticia realidad que está mucho más cerca, una verdad que nos abraza como ilusos y cándidos electores que ya no esperan armoniosos horizontes del político al uso. Las máquinas podrían ocupar nuestro sitio y espacio en la toma de decisión de nuestros futuros gobernantes, sin la virtud de la intervención del ser humano, que puede ser sustituido por el aparato o el ingenio más contemporáneo que se alimenta del litio. Siendo alambre de espinos el político poco creíble que chirría y desafina. Mientras, la economía sigue intentando hacer ladrillería de sus viejas molduras, pensando que todo esto, nos pueda seguir dando el confort y el bienestar como si fuese el cálido vientre de una madre. Los gobernantes pueden pasar a integrarse en un “museo de los políticos”, o peor cosa; que se expusieran en ágoras y mercadillos como atracción de feria, pasando de oradores a cuenta cuentos, o narradores orales de eternas promesas y ficciones que nadie ya cree ni confía. Porque al final, los fragmentos de nuestros sueños nos distancian de los que no saben a donde van, deambulando por caminos de horizontes de bruma y promesas impías. Y el que tuviese el secreto del aroma del incierto futuro, ese sabor fuese metálico, igual que el silicio y no la sabrosa y jugosa manzana pecadora. Para tratar de saborear lo que los sentidos engañan y fingen para burlar al auténtico gusto, para solo repetir sabores insípidos que apañen y amañen nuestros sentidos. Como el pincel que ya no quiere plasmar colores, con el peligro de inundar de tenue luz el venidero mañana político.
Resplandores eternos de alientos metálicos exhalarán de autómatas programados por la lógica congruente, y que podrían encomendarse a la vereda y senda de las urnas, para recorrer manantiales de indiferencia política, que sigue empeñada en adherirse al poder, como “Un Dios ha muerto” de Nietzsche. Quizás, los androides no suspiran ni se abrazan a las flores, ni sus relojes marcan los latidos de un corazón de pasión o de un alma quebrada. Pero a la política actual, que va floja de interés y participio ciudadano, hace que otras alternativas de arbitraje y parecer mucho más automatizadas, pudieran alcanzar su objetivo en un futuro no muy lejano. Estos artilugios electrónicos que vagan por el mundo libres de materia humana y que se han exudado en nuestras vidas cotidianas.
¿Soñarán algún día los políticos con ovejas eléctricas? Yo, no lo sé. Prefiero pensar en el proverbio japonés de qué: mil árboles que crecen hacen menos ruido que un árbol que se derrumba.
Sergio Farras, escritor tremendista.
yo quieroooo con vesar con el amigo watson de inteligencia artifical creado de la compañia ibm¡¡¡ porfavor le tengo algunas pregutas¡¡ una de ellas es que opina si hay o cual es la diferencia de lo mejor con lo mas importante. y que si sueña . tambien que opina sobre la ecologia y si se relaciona con equilibrio sobre de que tan importante es el equilibrio ecologico que se ha echo duran te años de evolucion y como la economia se podria adaptarse a ella. que opina sobre la corrupcion? que opina sobre la tentancion que opina sobre de que es realmente opener algo que si alfinal eso no nos va seguir despuesde la muerte ? que es la felicidad en realidad si la felizidad puediera ser cualquier cosa que a uno lo hace sertir feliz pero que es esa sensacion si es lo mismo que una droga si la felizidad para uno debe ser logico y para otro no no? entonces la felisidad tiene logica? si tengo mucha temas para conversar con el amigo watson por favor señores ibm no se olviden de preparen bien a watson contra las paradojas y que pon se malogre porfavor que aparecen en las exitencias o no se si lo hay realmente. y asi tengo muchas temas curiosidades con el amito watson quisiera preguntarle y conversarle.