Disney no sólo sorprende e ilusiona a niños, también puede conseguirlo en adultos. Precisamente la semana pasada el gigante de los dibujos animados, nos sorprendía con un poco de magia en forma de proyecto, un proyecto que podría convertir el mundo entero en una gigantesca pantalla táctil.
La tecnología en cuestión ha sido bautizada como “Touché” y como su nombre en francés ya nos indica está relacionada con uno de los 5 sentidos, el tacto. Touché ha sido diseñado por un conjunto de expertos, científicos y programadores para poder sentir los movimientos y presión de la mano en el cuerpo humano o en objetos del día a día. Y no sólo a nivel general, no. La tecnología puede medir a día de hoy una gran variedad de gestos distintos: un dedo, dos dedos, la palma de la mano, un puño cerrado, cuando agarramos algo y un sinfín de movimientos más. Se trata de una invención mucho más sensible al tacto que las pantallas táctiles a las que estamos acostumbrados.
Touché opera siguiendo el mismo principio que las pantallas táctiles, con la diferencia de que estas sólo pueden capturar una frecuencia que se interpreta en “tocando” o “no tocando” (y por supuesto la localización de los datos). Touché en cambio puede sentir complejas configuraciones y utiliza una gran variedad de frecuencias. Esta técnica es conocida como SFCS (Swept frequency capacitive sensing) y requiere el procesamiento de mucha más información de la que normalmente un sensor tradicional podría sentir.
Este sistema necesita sólo un electrodo, que puede aplicarse a cualquier producto que conduzca electricidad, lo que básicamente quiere decir que cualquier humano o incluso el agua pueden convertirse en un sensor.
¿Os estáis imaginando las aplicaciones prácticas que un invento así puede tener? Imaginaros que una bañera pudiera detectar de manera automática cuando nos metemos en el agua, o una piscina detectar cuando un niño no puede nadar y se hunde. Imaginaros un ratón de ordenador que sabe quién está utilizando el ordenador, o una puerta que sólo se abre si tocamos el pomo de una determinada manera.
El número de usos potenciales para este tipo de tecnología es infinito y las posibilidades y combinaciones son inacabables: luces que se aflojan cuando nos tumbamos en la cama, encender el horno cuando nos tocamos el estómago y un largo etcétera con mucho lugar para la imaginación. No obstante, de momento la aplicación más inmediata parece ser la de acabar con las interfaces con botones, tal y como anuncian desde Disney en su vídeo. De esta manera en poco tiempo podríamos ver al teléfono móvil convertirse en un “ladrillo” que llevaríamos en el bolsillo y sin tocarlo podríamos realizar una llamada tocándonos la oreja o la punta de la nariz.
Puede parecer una historia sacada de la trama de una película de segunda de ciencia ficción, pero no, es real y los chicos de Disney incluso tienen un vídeo para demostrarlo. Ahora la pregunta es… ¿Cuanto tardaremos en ver el cuerpo humano convertido en el perfecto mando a distancia del futuro? ¿y el mundo como pantalla táctil gigantesca?