10. ANTEC ELEVEN HUNDRED. Comentarios y Conclusiones
Comentarios y Conclusiones
Semitorre ANTEC ELEVEN HUNDRED
Antec no renuncia a presentar sus productos con un empaquetamiento casi rozando el lujo, con cartón de calidad, debidamente pintado y multicolor, con todo lo necesario para lucir su producto como es debido, quizá en exceso según sea el caso. Gracias al aspecto del embalaje y sin abrirlo, ya se descarta que el producto sea de gama baja, ni mucho menos. Esta vez, Antec ha huido de lo sucedido con el modelo Antec Three Hundred Two, un producto algo desequilibrado, que disponía de un excelente empaquetamiento pero con el interior de la semitorre sin un recubrimiento extra de pintura negra, que aunque no deja de ser válido, no es el encanto que le suele gustar a la mayoría de usuarios. Con la Eleven Hundred, este detalle ha sido bien salvado, ofreciendo un producto muy completo en la mayoría de los sentidos.
Como podemos ver, el embalaje muestra varias fotografías reales del producto, así como hasta 9 viñetas explicativas de las características de la semitorre, usando múltiples idiomas para ello. La superficie de la cara superior es la encargada para informar de todas las especificaciones técnicas. En resumen, una presentación impecable, de la que solo se echa de menos la especificación de los materiales empleados, adivinando que se trata de acero tipo SECC y plástico ABS como principales. Al abrir el embalaje, nos encontramos nueva mente con un notable acompañamiento de protecciones internas, usando moldes de espuma de alta calidad, mejorando el poliestireno expandido, tan usado en este tipo de productos por la mayoría de fabricantes y que a veces da mucho que desear. Tras desprendernos de ambos moldes de protección y de la bolsa de plástico interna de protección de la semitorre, ya podemos percatarnos del aspecto exterior de la Eleven Hundred, la primera idea que nos llega inmediatamente al ver el producto en perspectiva.
Se trata de un chasis de robusto metal, bastante pesado (más de 9 kg), totalmente pintado en negro mate por fuera y por dentro, adecuado así por tener un amplio ventanal lateral de metacrilato de tono claro, que deja ver todo su interior. Su chasis se disimula en su frontal a través de una carcasa de plástico ABS extraíble, con un sencillo diseño, que combiando con el chasis de metal, ofrecen un aspecto a medio camino entre elegante y agresivo, sin pasarse ni quedarse corto en ninguno de los dos sentidos. Este tipo de cajas para PC vienen más que pintadas para regalar a algún ser querido, sea jugador o no, ya que será muy difícil que no termine gustando. De todas formas, su aspecto exterior no es su fuerte, otorgando mayor relevancia en el uso de materiales y en la calidad en sí de los acabados.
Posee un panel de conexiones frontal muy completo, con 2 puertos USB 3.0 y otros 2 USB 2.0, además de los típicos conectores jack de 3.5″ para entrada y salida de audio, y los pequeños LEDs azules en ambos flancos del panel. Esta vez, los botones de reinicio y encendido/apagado se encuentran en el lomo en su parte delantera, claramente distinguibles con el tacto por su distinto tamaño y posición. El sencillo frontal está formado por 3 tapas extraíbles microperforadas para bahías de 5.25″ y una rejilla también microperforada de metal MESH, con el logo de Antec en la parte inferior, de modo que permite el paso de aire en su interior salvando el polvo en la medida que lo permiten las microperforaciones circulares, además de incorporar un filtro antipolvo interno desmontable, desarmando todo el frontal. Tal como se ven en algunas fotografías, el frontal soporta 2 ventiladores de 120mm, así que queda muy bien servida para la entrada frontal de aire.
El lomo es plano en todo su recorrido, con cambio de relieve en la rejilla que protege a un ventilador de 200mm, detalle destacado de la Eleven Hundred. Otro detalle que llama mucho la atención y que suele gustar mucho a los usuarios es el empleo de un gran ventanal de metacrilato, que permite ver prácticamente todo el interior a través de ella, ideal para que se equipe una placa base XL-ATX y poder contemplarla desde el interior con todos los componentes instalados. Soporta 2 ventiladores más de 120mm, retranqueados hacia dentro más de 1cm respecto de la superficie del mismo ventanal. Este detalle no termina de convencer, ya que invade el volumen que puede ocupar el disipador de la CPU, robando ya los 35mm (retranqueo + profundidad del ventilador).
La parte trasera trae un ventilador de 120mm y 2 pasatubos de goma para RL, además de un interruptor para encender los LEDs azules del ventilador del lomo. Como curiosidad, el lateral derecho tiene perforada la parte trasera del «backplate», detrás de la zona de la placa base, además de la gran ventana habilitada para acceder al disipador del procesador. En esta rejilla se puede instalar otro ventilador de 120mm, gracias a la holgura habilitada por el fabricante en esta zona, bastante generosa para la gestión de los cables. La parte inferior dispone de un filtro antipolovo para la fuente de alimentación, armado por la parte superior del chapado (interior al chasis) y no por la parte más baja, con extracción por el lateral izquierdo. Además, sus patas son firmes y bien separadas para estabilizar toda la semitorre.
Al abrir el lateral izquierdo, podemos acceder a la caja de accesorios, encontrando los kits de tornillos (incluyendo un kit especial para montar 2 ventiladores en el ventanal acrílico del lateral izquierdo), 6 bridas de atado para los cables y una hoja desplegable con un manual básico, que describe las partes de la Eleven Hundred en múltiples idiomas y en blanco y negro. Un conjunto de accesorios bastante equipado, viendo el tipo de producto que tenemos entre manos.
El interior es totalmente negro mate, muy espacioso, con la zona de la fuente en la parte inferior y 2 ventiladores, uno en la parte superior de 200mm con 4 LEDs y otro en la trasera de 120mm sin LEDs. Inmediatamente nos percatamos del adaptador de 4 conectores de 3 contactos a un conector molex de 4 contactos, situado entre ambos ventiladores. Así, de una solo conector podemos conectar hasta 4 ventiladores que usen este conector, un gran detalle que no suele ser muy usual. Dispone de 9 ranuras de expansión con placas metálicas perforadas en rectangular y atornillables mediante un tornillo con cabeza grande, el sistema más sencillo y económico que ofrece unos mínimos aceptables por todos. Destaca su amplio ventanal para acceder al disipador para CPU, muy ancho y hasta 4 pasatubos de goma rectangulares, además de un orificio para poder pasar el cable de 4+4 contactos por la zona trasera a la placa base, de modo que se pueden esconder todos los cables perfectamente. Compatible con placas base XL-ATX y tarjetas gráficas extralargas de hasta 330mm, no hay problemas de montaje, salvo con la altura del disipador, que según sea éste podrá topar con el lateral izquierdo, si se instala algún ventilador, limitándose hasta los 170mm.
La columna delantera está dividida en dos, con 3 bahías externas para unidades de 5.25″ en la parte superior, otras 6 internas para 3.5″ en la parte inferior y 2 internas para 2.5″ en la zona intermedia, suficientes para colorar 2 unidades SSD. Las unidades SSD y los discos duros se colocan perpendiculares al eje longitudinal de la semitorre, por el lateral izquierdo, éstos últimos mediante sistema de guiado sin empleo de tornillos, por lo que su instalación es rápida y sencilla. Esta columna posee dos soportes intermedios para poder instalar 2 ventiladores más de 120mm intermedios, sin emplear tornillos, sumando un total de hasta 9 ventiladores; ventilación opcional muy bien trabajada.
Este tipo de semitorres son las que más terminan gustando en islaBit, a pesar que se echa de menos algo más de anchura (sobre todo para la altura del disipador) y mejor filtrada contra el polvo, ya que carece de sistema de filtrado en el lateral izquierdo. Una vez más se margina este lateral, una de las mejores zonas para refrigerar las tarjetas gráficas y toda la zona circundante, pero que no trae los filtros antipolvo necesarios, algo de extrañar viniendo de Antec, ya que otras semitorres similares si traen su filtro en este lateral, eso sí, algo más caras. También se echa de menos una bahía externa de 3.5″ con su correspondiente adaptador; todavía se siguen usando y se seguirán usando en un futuro…
En resumen, la Eleven Hundred es una semitorre elegante, espaciosa en profundidad, con gran capacidad en su columna delantera, y atractiva por su lateral izquierdo mediante su ventanal, equipada con mucha holgura para pasar cables por detrás de la placa base y notoriamente preparada para instalar varios ventiladores y potenciar su enfriamiento interno. Capaz de albergar la mayoría de componentes de grandes dimensiones, la Eleven Hundred se presenta como una semitorre algo contenida en precio viendo la calidad del producto, con buenos materiales y un diseño sencillo.
La semitorre Eleven Hundred tiene un precio inferior a los 100€ y se ofrece con 3 años de garantía (AQ3 de Antec).
La Antec Eleven Hundred está Recomendada por islaBit para usuarios ya exigentes, jugadores o no, que busquen calidad por encima del aspecto, que requieran montar grandes componentes en una caja de reducidas dimensiones (comparable con una torre o supertorre, claro está), que además tenga la capacidad para placas base XL-ATX y gran capacidad para ventiladores adicionales. Además, la Eleven Hundred, se lleva de manera ajustada el Premio Características islaBit, por ofrecer lo mínimo en la mayoría de apartados para obtener este Premio. Si buscas lo que verdaderamente importa, una caja resistente y duradera, con opciones para estar bien ventilada y de gran capacidad, la Eleven Hundred te dejará encantado…