Por supuesto sabemos que los fabricantes de móviles trabajan a destajo mejorando sus productos en el mercado para conseguir más ventas, y con ellas, más ganancias. La pantalla parece ser una de las batallas que se vienen en este 2015, sobre todo luego de la aparición del revolucionario LG G3 con su panel de tipo QHD (2560×1440 píxeles de resolución) el año pasado, y nosotros queremos preguntarnos en qué puede afectar esta carrera a los usuarios.
En primer término, con densidad de píxeles por encima de los 500 ppi, podemos decir que se está cometiendo una locura al tener en cuenta que el ojo humano no puede distinguir los puntos que conforman la pantalla por encima de los 300 ppi, por eso el iPhone busca sus 326 ppi. Y no es que en el de Apple se vea mejor que en el LG G3 por ejemplo, sino lo que estamos resignando a cambio de una diferencia mínima a favor del coreano, como representante de un segmento que también posee el Galaxy Note 4 por ejemplo.
Además de lo ya mencionado, el beneficio por el cual admitimos otros perjuicios, en el caso de estos últimos se debe mencionar que una pantalla de semejante tamaño y resolución recarga más el procesador del dispositivo, y que además le significa un contratiempo importante a su batería, y con ello, una autonomía que se ve muy deteriorada. Como se puede ver, el rendimiento, la autonomía y el precio final más elevado, son suficientes para no buscar móviles con pantallas QHD por encima de los HD o Full HD.