Luego de que el pasado sábado un terremoto de 8,1 grados en la escala de Ritcher golpeara a buena parte del territorio japonés, obligando a la detención de ascensores en la capital Tokio y sus alrededores, las autoridades locales se han decidido: como medida de urgencia piensan agregar agua potable y retretes portátiles para estar preparados en caso de que se produzca una parada de emergencia, una medida tan curiosa como al parecer, necesaria.
En efecto, estamos hablando de una extraña propuesta realizada por el Ministerio de Transporte e Infraestructura de Japón como medida excepcional luego de que hasta 19.000 elevadores se hayan detenido por horas el fin de semana pasado. Y como al parecer la iniciativa cuenta con el apoyo de los servicios de bomberos y emergencias, el Gobierno de Tokio y la asociación niponas de fabricantes de ascensores, el diario Nikkei se atreve a asegurar que probablemente cuando visitemos la capital japonesa en los próximos años, ya veamos estas preciosidades allí junto a nosotros.
De cara a la justificación de la medida tenemos que decir que especialmente importante fue lo sucedido en el famoso Museo Mori, ubicado en la planta 53 de la torre Roppongi Hill, en cuyos elevadores más de 100 personas quedaron atrapadas luego del último terremoto por más de 2 horas, sin posibilidades de tener nada para beber, y por supuesto, dónde ir al baño.