Windows 10, el nuevo sistema operativo de Microsoft, lleva ya un mes entre nosotros disponible para la actualización -gratuita para muchos usuarios- y según los últimos reportes, más de 75 millones de personas en todo el mundo le han descargado e instalado en sus equipos. Sin embargo, los especialistas siguen alertando de una serie de motivos por los que podríamos desistir de este proceso, al menos de momento.
¿Por qué no actualizar aún a Windows 10?
- Fallas en el sistema: aún cuando ha sido probado tanto por usuarios como por programadores de todo el mundo, el sistema operativo aún presenta alguna fallas que de acuerdo al tipo de uso que le demos, pueden llegar a ser bastante molestas.
- Problemas de privacidad: más graves aún han sido las denuncias de los usuarios que explican que el nuevo sistema operativo reclama «demasiada» información personal, como datos de localización, lista de contactos, datos personales o de la cuenta de Microsoft, y que en muchos casos la misma queda almacenada en las aplicaciones que vienen instaladas por defecto o que nosotros mismos instalamos.
- Incompatibilidad de hardware: como sucede siempre que existe una actualización de software, el hardware puede no adaptarse totalmente al comienzo, y con Windows 10 no estamos ajenos a esos inconvenientes, pues drivers de audio, gráficos, touchpad, cámara web de muchas de las compañías más importantes de momento no soporta el nuevo sistema operativo, aunque se espera que eso suceda en breve.