Uno de los principales problemas que tienen los científicos a la hora de estudiar los terremotos, es que primero tienen que esperar a que estos fenómenos naturales, muchas veces trágicos, sucedan. Sin embargo parece que en el futuro ya no será así, una vez que nos hemos enterado que un grupo de expertos japoneses ha provocado un movimiento de este tipo en el Monte Zao, para poder analizarlo posteriormente.
El estudio, que tenía como principal objetivo aprender a conocer algunos de los detalles hasta ahora ocultos de las famosas erupciones freáticas, ha sido llevado a cabo por especialistas de la Universidad de Tohoku y la Agencia Meteorológica de Japón. Para realizarlo, utilizaron alrededor de 200 kilogramos de dinamita en un agujero de 40 metros de profundidad, con lo que por supuesto el movimiento fue inevitable.
Esta investigación se ha producido además en estos momentos por la enorme conmoción que causó hace poco más de un año, concretamente el 27 de septiembre de 2014, la erupción freática del Monte Ontake, el segundo más alto de Japón con sus poco más de 3000 metros, provocando la muerte de 63 personas, una vez que ha quedado activo tras el terremoto de 9 grados Richter que afectó al noreste de Japón el 11 de marzo de 2011.