En los últimos días, hemos visto aparecer en escena una buena cantidad de pruebas que hablan del fuerte interés que tiene Microsoft en poder generar alianzas con distintas firmas para llevar Linux a su sistema operativo Windows. De hecho, habíamos sido testigos anteriormente de un Bash de Linux que aparecía de forma nativa en Windows 10, algo que luego fue confirmado durante la Build 2016 de la compañía de Redmond, mientras los usuarios esperan detalles al respecto, considerando que nunca ha habido tantas pruebas de una intención de acercamiento de Windows a Linux.
Linux le queda cada vez más cerca a Windows
Ahora bien, muchos se preguntarán entonces de dónde nace este repentino interés de Microsoft por acercarse a Linux, y no es que estén especialmente atraídos sus ingenieros por este sistema operativo alternativo, sino más bien por la enorme cantidad de desarrolladores que lo siguen prefiriendo para sus productos antes que a Windows debido a las herramientas internas que podemos encontrar en él. No por nada hablábamos del Bash, que es uno de los elementos constituyentes más clásicos de las distribuciones GNU/Linux, pues se trata del encargado de ejecutar los distintos comandos.
En efecto, este sistema funciona a través de comandos de texto, y es por eso que Microsoft habría alcanzado algunos acuerdos comerciales con Canonical, a fin de poder llevar la versión de Ubuntu a Windows 10 y lanzarla junto con la gran actualización del primer aniversario de este sistema operativo que saldrá en julio próximo. De este modo, parece que Microsoft quiere ofrecer algo más que emulaciones, para dar el salto al soporte nativo para estos otros entornos, de forma que se pudieran instalar y ejecutar elementos como Ruby, Redis o emacs, atrayendo a desarrolladores de Linux a su propia plataforma, una política que comenzó con Steve Ballmer, y aunque ha abandonado la firma, sigue adelante.