El libro mayor es la base de la contabilidad. Este es tan antiguo como la escritura y el dinero. Su medio ha sido la arcilla, tablas de madera (que eran un riesgo de incendio), piedra, papiro y papel. Una vez que las computadoras se normalizaron en las décadas de 1980 y 1990. Los registros en papel se digitalizaron, a menudo mediante el ingreso manual de datos.
Estos primeros libros digitales imitaban la catalogación y la contabilidad del mundo basado en papel. Podría decirse que la digitalización se ha aplicado más a la logística de los documentos en papel que a su creación. Las instituciones basadas en papel siguen siendo la columna vertebral de nuestra sociedad. Dinero, sellos, firmas escritas, facturas, certificados y el uso de contabilidad de doble entrada.
El poder de la computación y los avances en la criptografía, junto con el descubrimiento y el uso de algunos algoritmos nuevos e interesantes. Han permitido la creación de libros mayores distribuidos.
En su forma más simple, un libro mayor distribuido es una base de datos mantenida y actualizada de forma independiente por cada participante (o nodo) en una red grande. La distribución es única.
Los registros no se comunican a varios nodos por una autoridad central. Sino que cada nodo los construye y mantiene de forma independiente. Es decir, cada nodo de la red procesa cada transacción. Sacando sus propias conclusiones y luego votando sobre esas conclusiones para asegurarse de que la mayoría esté de acuerdo con las conclusiones.
Formación del consenso en el libro mayor
Una vez que existe este consenso, el libro mayor distribuido se ha actualizado y todos los nodos mantienen su propia copia idéntica del libro mayor. Esta arquitectura permite una nueva destreza como sistema de registro que va más allá de ser una base de datos simple.
Los Ledgers distribuidos son una forma dinámica de medios y tienen propiedades y capacidades que van más allá de los ledgers estáticos en papel.
La esencia de estos nuevos tipos de relaciones es que el costo de la confianza. Hasta ahora proporcionado por notarios, abogados, bancos, funcionarios de cumplimiento regulatorio, gobiernos, etc. Es evitado por la arquitectura y las cualidades de los libros contables distribuidos.
La invención de los libros distribuidos representa una revolución en la forma en que se recopila y se comunica la información. Se aplica tanto a los datos estáticos (un registro) como a los datos dinámicos (transacciones). Los ledgers distribuidos permiten a los usuarios ir más allá de la simple custodia de una base de datos y desviar energía a cómo usamos, manipulamos y extraemos valor de las bases de datos, menos sobre el mantenimiento de una base de datos, más sobre cómo administrar un sistema de registro.